Urbanismo
Una prueba piloto estudia la relación entre terrazas de bares y peatones
El área de Mobilitat pinta dos líneas blancas para separar los espacios en la calle Lleida
La concejalía de Mobilitat del Ayuntamiento de Tarragona está llevando a cabo una prueba piloto en la calle Lleida, donde la proliferación de terrazas de bar ha hecho que el espacio destinado a los peatones se haya visto reducido de manera drástica. Ante esta situación, el Ayuntamiento ha pintado dos líneas con pintura blanca, con el propósito de separar la zona destinada a las terrazas de las habilitadas para el paso de personas. Las personas que en los últimos días han pasado por la calle Lleida se han visto sorprendidas por la presencia de las líneas, tanto por su extensión –casi desde la plaza Corsini hasta la calle Cervantes-, como por la ejecución poco lucida de estas.
El Ayuntamiento informó ayer de que «se trata de una prueba piloto» y que, actualmente, «no hay ningún calendario definido para extender este u otros tipos de señalizaciones en otros espacios de la ciudad». En cualquier caso, la señalización que se ha puesto en la calle Lleida, para diferenciar los espacios destinados a los peatones y a las terrazas de bar, «no es extrapolable» en zonas de Tarragona «como la plaza Corsini, con una presencia elevada de terrazas».
El Ayuntamiento recordó que «en la calle Lleida se pusieron unos elementos fijos en el suelo que, actualmente, son desaconsejados, para facilitar la accesibilidad de toda la ciudadanía». Estos elementos podrían ser contraproducentes para personas invidentes, puso como ejemplo el área de Mobilitat.
Desde hace tiempo, son muchas las voces ciudadanas críticas con la proliferación de terrazas de bares y restaurantes, de manera especial en calles de poca anchura. En el caso de la calle Lleida, entre la acumulación de mesas y sillas, y la localización de elementos como bancos y farolas separadas de las fachadas de los edificios, el tráfico de peatones es bastante complicado, más si la persona utiliza silla de ruedas, lleva un carrito de la compra o un cochecito de niño. La situación empeora si la persona en cuestión va acompañada otros, ya que, hasta ahora, no podían pasar todas al mismo tiempo.
Con la delimitación de espacios con las franjas blancas, los peatones disponen de un espacio más ancho para desplazarse con cierta comodidad e, incluso, no tener que girar el cuerpo para facilitar que pase otra persona que se dirige en sentido contrario.
Circunstancias como la de la calle Lleida se producen en otros espacios de la ciudad, como Méndez Núñez, donde la convivencia entre terrazas de bar y peatones es complicada.