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Donato: «Los abogados y la gente me dicen que resista y no cierre»

El propietario del Iot desde hace 32 años insinúa que ve «ciertos intereses ocultos» en la futura convocatoria de un concurso para renovar la concesión

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El Iot y el Tòful de Mar, los dos establecimientos de la playa Larga a los cuales se les ha acabado la concesión, abrieron este fin de semana, como han hecho los últimos años. El propietario del Iot, Josep Maria Donato, manifestó ayer a esta redacción que «los abogados y la gente me dicen que resista y no cierre», al menos hasta que se haya resuelto el concurso que convocará la Generalitat, mientras Josep Maria Abelló, que lo es del Tòful de Mar, dijo que, desde la administración catalana, «me han dicho que el concurso se convocará a inicios de enero y espero que cumplan» y, mientras tanto, «nos permitan trabajar hasta el domingo 9 de diciembre y destinar los cuatro siguientes días a vaciar el restaurante». La Generalitat insistió ayer en que el viernes unos funcionarios informaron a los propietarios de los dos establecimientos de que había finalizado el título jurídico y levantaron acta.

Donato recordó que, cuando hace más de 32 años abrió el Iot, «el edificio estaba deteriorado, tapiado, no había ni puerta» y durante la mitad de este periodo «gané el concurso convocado por la Federación Catalana de Vela, que era el responsable de todo el edificio, y en los años siguientes pagué a la Generalitat». Donato añadió que ve «ciertos intereses ocultos», en la decisión de la Generalitat de convocar el concurso para una nueva concesión. «No tiene ningún sentido», dijo, para remarcar que «estamos a la expectativa y nuestra intención es seguir abriendo los fines de semana».

Por su experiencia, Donato considera que, si la futura concesión «es a cinco años, será complicado recuperar la inversión, ya que el nuestro es un negocio de temporada y se tendrán que hacer las instalaciones nuevas». En un sentido similar fue la valoración hecha por Abelló, quien dijo que, «si el concurso es para cinco años, las cosas estarán complicadas».

Abelló, quien querría mantenerse en el negocio, indicó que da «un voto de confianza a la Generalitat y esperamos que convoque el concurso a inicios de enero, como nos han asegurado», y apuntó que hasta cierto punto es ilógico que si desmontamos el restaurante, nos presentamos al concurso y lo ganamos, lo tendremos que volver a montar.

«Podemos llegar a los juzgados»

Josep Maria Donato no descarta «llegar a los juzgados», en función de cómo evolucione el caso en el cual está inmerso. «Lo más normal sería poder mantener la actividad hasta que no se convoque el concurso», explicó Donato, y dijo que «es ridículo que la persona que lo coja tenga que hacer toda la instalación de nuevo y, en este caso, para recuperar la inversión la concesión tendría que ser, como mínimo, para diez años». Según su opinión, nada encaja. También dijo que «yo quiero jugar limpio».

Donato confía en que el concurso no quede desierto porque, en caso contrario, el edificio que contiene el Iot y el Tòful de Mar «podría estar unos años como yo lo encontré hace más de 32 años, en un estado adelantado de deterioro.

Ayer por la mañana la terraza del Iot presentaba un aspecto inmejorable, con gran cantidad de clientes, muchos fieles en los últimos años, entre los cuales había parte de las 4.500 personas que, en diez días, han firmado un documento pidiendo que el bar se mantenga abierto.

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