Rosa Marsal: Organizadora de la feria TarracoDolls
«Detrás de los bebés Reborn sólo hay coleccionismo, no suplen nada»
El 15 y 16 de diciembre se hará en el Refugi 1 del Moll de Costa la feria TarracoDolls, donde se podrán ver y comprar muñecos Reborn y muñecas Blythe
—Ya hace tiempo que los bebés Reborn son un fenómeno conocido. ¿Cuál es su origen?
—En el extranjero hace más tiempo que se conocen, aquí, como todo, llegaron un poco más tarde. Al principio, ‘Reborn’, que quiere decir ‘Renacido’, se aplicaba al hecho de coger una muñeca vieja o estropeada y arreglarla.
—Usted, además de coleccionar, también elabora. ¿Cómo se hace, un bebé Reborn?
—Es un proceso muy artesanal que puede tardar dos o tres meses. Para empezar, se compra el kit , que incluye la cabeza, los brazos, las piernas y el cuerpo, que está rellenado de un material especial. Todo es liso, de un solo color, y hay que ir pintándolo, en un proceso que es lento, cada capa de pintura se tiene que poner al horno. Después, hay que hacer el pelo, que o bien se puede pintar, siguiendo una técnica concreta o, si se quiere natural, se va poniendo uno en uno con una aguja|alfiler. Finalmente, se monta.
—¿Son muñecos hiperrealistas, también en el peso, verdad?
—Sí, pueden pesar un kilo y medio, dos y medio... depende un poco del tamaño, porque hay desde bebés prematuros hasta de uno, dos, tres meses.
—¿Qué motivación hay detrás de la compra o confección de un bebé Reborne?
—Yo creo que, sobre todo el coleccionismo. Primero tienes uno, pero después venden más: aquel porqué tiene los ojos cerrados, el otro porque los tiene abiertos, aquel porqué se parece a tu sobrino... Es lo mismo que si te gustan los videojuegos y vas viendo las versiones que van saliendo.
—Tal como lo explica parece un juego de muñecas para personas mayores, y nada más.
—Exacto. Es coleccionismo, un juego, y nada más. No suplen nada, como dice alguna gente. No tiene nada que ver con lo que se dice de estos muñecos, porque la mayoría de gente que tiene uno, también tiene hijos, nietos... Quizás alguna persona sí que suple alguna carencia, pero en general, es unhobby y nada más. Yo los tengo en una habitación de casa, y cuando me parece les cambio la ropa, porque ya me he cansado o he hecho nueva. Y ya está.
—Usted colecciona todo tipo de muñecas. ¿Cuándo nace, esta pasión?
—Mi hija se fue haciendo mayor y empecé a guardar alguna de sus muñecas porque eran ‘monas’. Después, vas hablando con otra gente y entrante en este mundo. En eso Facebook ayuda mucho. Hasta que llega un día que te das cuenta de que tienes que salir de casa para que te quepan las muñecas [ríe].
—En la feria del fin de semana también habrá muñecas Blythe. ¿Son la última moda?
—Las Blythe las inventó una chica de Japón, pero no tuvo mucho éxito. Después las empezó a hacer una chica americana, y sí que le fue bien. En China, por ejemplo, son una auténtica locura. Ahora aquí ya empieza a haber gente que las colecciona.
—¿Cómo son?
—Son muñecas con una cabeza muy grande en proporción en el cuerpo, y tienen un pelo largo y suave. Además, tienen unos ojos que cambian de forma y color cuando estiras unas cuerdas.
—No es la primera vez que organiza la feria, pero este año no está centrada sólo en los Reborn, aunque siguen siendo protagonistas.
—Exacto, no queremos hacer sólo Reborn, sino que la feria se vaya ampliando cada vez más, y sea una feria de muñecas, que se pueda encontrar también Nancys, Barriguitas, Barbies, etc.
—¿Qué se podrá encontrar?
—Habrá expositores de muñecas, con gente que vendrá de Madrid, Barcelona o Lleida entre otros. Además, también habrá accesorios, y kits para hacerse las Reborn. Y una novedad de este año: hay una chica que también elabora bebés Reborn, que ha inventado un dispositivo para que se muevan, y se podrá ver por primera vez en Tarragona.