El olvido del poblado de los Mongons lo condena a su desaparición

Tarragona tiene un Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) bastante oculto, de difícil acceso y en un alarmante estado de ruina. Se trata del poblado de los Mongons, localizado dentro de los límites del Polígono Industrial Riuclar. La documentación más antigua del poblado medieval está fechada el año 1149. Actualmente, se conservan restos del castillo amurallado y la iglesia románica de Sant Julià dels Mongons. Los elementos estructurales que se conservan se encuentran en un pésimo estado y algunos casi no se ven a causa de la presencia de vegetación. El conjunto patrimonial también cuenta con restos de viviendas medievales. Sólo se puede acceder mediante caminos que, como las estructuras arquitectónicas, están muy estropeados.

El grupo municipal de la CUP ha presentado una moción al pleno que el Ayuntamiento celebrará mañana, viernes, en la cual pide que «se señalicen y limpien los caminos de la ruta que conduce hasta el conjunto de los Mongons desde el barrio de Parc Riuclar, el Parque del Francolí y el Parque Ecohistòric del Pont del Diable», para facilitar el acceso de personas a este lugar que, en su momento, fue uno de los espacios más importantes de la Tarragona medieval. La moción también propone que el Ayuntamiento «efectúe la limpieza y acondicionamiento del conjunto patrimonial de los Mongons», así como la adopción de medidas preventivas para garantizar «la salvaguardia del conjunto patrimonial, a la espera de un proyecto integral de restauración.» La CUP también considera necesaria la «instalación de altiplanicies explicativas, integradas en la ruta de acceso.»

La concejala de Patrimoni, Begoña Floria, declaró ayer a esta redacción que el conjunto monumental de los Mongons «se encuentra enclavado en una zona privada». No obstante, «he pedido a los técnicos de Patrimonio que elaboren un informe», señaló.

En la moción, la CUP remarca que los Mongons perteneció a la familia Timor hasta el siglo XIII y, al fin del XIV, pasó a manos del Arzobispado de Tarragona. El despoblamiento de la zona empezó a mediados del siglo XVI. En este entorno estuvo, hasta hace menos de dos décadas, la capilla del Mas de Castellarnau, que fue destruida, y también desapareció el conocido como Mas de l'Orobio. Además, en los Mongons hay un yacimiento íbero, hecho que convierte la zona en un espacio patrimonial bastante importante.