Un 'Escape Room' medieval en la Pare Alta propone encontrar al santo Grial de Jesús
Estera y Bachelliere abren hoy las puertas de este nuevo juego en la calle La Nau, 8
Daniel Estera explica que jugar a unEscape Room significa adentrarse en un viaje que permite conocer cosas de uno mismo que, en algunos casos, sorprenden. «En situaciones de tensión y nervios utilizas el subconsciente y puedes reaccionar de una manera que no imaginarías», afirma este promotor artístico, desde una antigua casa de la Part Alta. A su lado, descansan dos espadas de la edad media y un casco medieval. Un baül y unas velas decoran la entrada del nuevo Escape Room de la ciudad: Regresión Santo Grial , que invita a sus participantes a encontrar la copa divina con la que, según la religión cristiana, Jesús bebió en su última cena.
Estera y Carine Bachellerie, han abierto hoy su segundo Escape Room. El objetivo de este juego es salir de una habitación en el menor tiempo posible siguiendo una serie de pistas y enigmas. «Más que inteligencia, es qüestión de ingenio», explica Bachellerie. Hace tres años, esta parela se sumergió en el mundo de los Escape Room , que proliferan por las grandes ciudades. Hasta ahora, esta antigua casa reunía otro juego de temática apocalíptica. «Desde el primer momento te das cuenta de ello como reacciona la gente del grupo. Hay quien es líder, otros que son un lastre, algunos cohesionan y también hay quien critica constantemente, o bien los que hablan y no hacen nada», explica Bachellerie desde el número 8 de la calle de La Nau.
El interior de esta finca de dos pisos invita al jugador a un mundo medieval lleno de detalles relacionados con la época. El papel de Carine consiste en introducir el papel que tienen que cumplir los jugadores. Ella es la game master, mientras que Daniel, es el cerebro y el diseñador del juego. «Es importante que el grupo esté correctamente sugestionado. Una buena game master es capaz que la gente se mentalice con la historia y que se convenzan de que son los protagonistas de la trama», señala Estera.
Los juegos acostumbran a durar unos 90 minutos. Si se juega en parejas, la entrada cuesta 20 euros por persona y a partir de tres, 15 euros. Con el tiempo, el público cada vez es más profesional. Hay quienes cobran para escribir críticas sobre las salas en las cuales participan o que se dedican a «destrozar» las mejores marcas. Algunos compiten para superar el tiempo que tardan en superar las salas.
Trabajo en equipo
El concepto de salir de una sala en equipo se remonta al trabajo psicoanalítico que en la década de los años 60 empezaron a hacer las multinacionales norteamericanas. «Hacían trabajo en equipo para psicoanalizar su personal», explica Estera.
Estos empresarios del entretenimiento se han encontrado casi de todo: desde jefes de empresa que piden quedarse fuera y supervisar la partida para conocer mejor a sus trabajadores, hasta nuevas parejas, surgidas en el fragor de la partida.
Antes de abrir este nuevo juego, Bachellerie y Estera ya piensan en crear uno de nuevo para el público infantil. «Nos lo piden mucho», aseguran. También quieren ofrecer Escape Room móviles en ayuntamientos o instituciones. «Es un nuevo concepto de ocio, para quién no le gusta el deporte físico, ser un público pasivo en el cine o pasear por la naturaleza», reflexiona Estera.