Cultura
El Arzobispado inaugura el jardín bíblico en un antiguo patio de una escuela
Tres estatuas del tarraconense Bruno Gallart presiden el nuevo espacio, que abre hoy las puertas al público de manera gratuita
En el Museo Bíblico Tarraconense, en la Part Alta, se concentran 2.000 años de historia. Antes de ser la sede de la Casa de los Concilios, erigida el siglo XVI para conservar los documentos eclesiásticos de la provincia, el espacio acogió el recinto de culto imperial de Tàrraco y, siglos después, las estructuras de la iglesia de la época medieval. Durante la Guerra Civil, se construyó un refugio antiaéreo a diez metros de profundidad y, a partir de los años 50, un patio de una escuela ocupó el terreno.
Desde hoy, el espacio acoge el Jardín del Museo Bíblico. «Queremos revalorizar el espacio y darlo a conocer», explicaba ayer Andreu Muñoz, director del museo. Trece especies vegetales repartidas por los 300 metros cuadrados del patio simbolizan las plantas de la época de la Biblia. El visitante podrá observar tres estatuas del escultor tarraconense Bruno Gallart, colaborar del artista Josep Maria Subirachs, con quien construyó la gran puerta de la fachada de la Glòria de la Sagrada Família de Barcelona. Gallart ha dado en el museo las figuras de Abrahán, san Pau y san Fructuós que presiden el patio. Gallart es el autor de la figura del expresidente Lluís Companys de la Rambla Nova. «Le queremos expresar nuestro homenaje y agradecimiento más sincero», apunta al responsable del museo. Doce pisadas grabadas en el pavimento evocan doce nombres del Antiguo Testamento y una fuente simboliza la fuente de la vida, que representa a Jesucristo.
«La naturaleza es un lenguaje importantísimo de la Biblia», señalaba Muñoz. Jesús comparaba la mostaza con la fe y el olivo es el símbolo universal de la paz, una palabra que está escrita en latín, hebreo y árabe «con el objetivo que el patio sea un lugar de encuentro interreligioso y de paz».
Las obras de este patio han costado 25.000 euros. De estos, la Generalitat ha pagado 15.000 euros, a través de la Dirección de Asuntos Religiosos. Los otros 10.000 euros restantes se han conseguido mediante donaciones privadas. Hasta ahora, el espacio estaba en desuso. En una segunda fase, el Arzobispado habilitará un pasillo para que se pueda acceder al jardín desde la calle.
Bendición del arzobispo
El arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol i Balcells, bendijo este lunes el jardín bíblico. Muñoz afirma que el objetivo es que sea un espacio «de paz, de diálogo y de vida que permita acercar a las personas al sentido del trascendente y de la cultura». El patio tiene que introducir al visitante en el «fascinante mundo de la exégesis bíblica para permitir profundizar en el sentido de la Historia de la Salvación», afirma Muñoz.
Nuevas excavaciones en el subsuelo a partir del 11 de febrero
El arzobispado iniciará a partir del 11 de febrero excavaciones arqueológicas en el subsuelo del museo con el objetivo de dejar el excedro más descubierto. «queremos hacer un centro de interpretación en la Part Alta para que el museo bíblico sea la puerta de las visitas al acrópolis de Tarragona», explicaba el director del museo, Andreu Muñoz.
Un recuerdo para los primeros mártires
Los primeros mártires cristianos de Tarraco, Fructuoso, Eulogio y Augurio, fueron recordados este lunes por la mañana en la arena del Anfiteatro, donde murieron a la hoguera. En el transcurso del acto, organizado por la Asociación Cultural Sant Fructuós, se hizo una plegaria y la lectura de la Passio Fructuosi. El obispo y sus diáconos fueron juzgados y condenados a muerte el 21 de enero del 259, como reflejaron las actas martiriales.