La finca del paseo de las Palmeras de nuevo, sin ningún comprador

Nadie quiere la finca del número 3 del paseo de las Palmeras. El espacio, que en el pasado acogió el emblemático restaurante Miramar, no encuentra ningún comprador dispuesto a pagar los 4 millones de euros que cuesta. De momento, el Ayuntamiento, propietario del terreno, ha organizado, sin éxito, dos subastas para vender el solar.

La concejalía de Territorio y Patrimonio Municipal trabaja para organizar una tercera subasta con mejor fortuna que las anteriores. «No se presentó nadie, lo encuentran caro», explica el concejal Josep Maria Milà. «Hay un precio tasado y resulta que rebajarlo es muy complicado», añade. Milán asegura que la tasación «era demasiado alta». En la última subasta, la finca se sacó a concurso por 4.007.607,43 euros.

«Tienes que hacer una consulta en el mercado para saber el precio que tendría que tener. Es fácil hacerlo en una zona de viviendas, como el valle de la Arrabassada, pero en un solar como aquel tan emblemático con cuál lo comparas?», se pregunta Milán, que apunta a la singularidad de la ubicación de la finca, como uno de los principales factores que dificultan su venta. El concejal señala que el nuevo concurso se hará en los próximos meses y que el futuro precio de la finca tendría que estar por debajo de los 4 millones.

El solar del paseo de las Palmeras ya se puso en venta hace unos años, en la etapa más dura de la crisis económica. Entonces, nadie se interesó en comprar el terreno. El solar de paseo de las Palmeras puede destinarse, un futuro, en edificio de viviendas o a hotel. En cualquiera de los casos, el consistorio tarraconense impone una cláusula para|por la cual «una planta estará para|por el Ayuntamiento, una vez el edificio esté construido», según explicaba Milán justo hace un año.

El pasado junio, el concejal de Hacienda, Pau Pérez, calificaba de «mala noticia» que ninguna empresa se hubiera interesado por comprar el solar. Entonces, el Ayuntamiento dejó de ganar 4 millones de euros de venta de patrimonio, indispensables para realizar otras inversiones como el proyecto del Banco de España, la sustitución de 119 de islas de contenedores soterrados, la adquisición de vivienda social y la adecuación del Camp de Marte.

Hace medio año, Milán y Pérez aseguraron que había compradores. Sin embargo, el precio acabó siendo un problema y acabó asustando a los posibles interesados. Era la segunda subasta. Ahora, el consistorio espera que en la tercera vaya a la vencida.