Crear vocaciones químicas, objetivo del programa educativo de BASF y la URV

Por quinto año consecutivo, la URV, a través del programa APQUA y la empresa BASF han puesto en marcha el Teen's Lab, pensado para incentivar vocaciones químicas entre los jóvenes adolescentes estudiantes de ESO.

Los laboratorios del ETSEQ han vuelto a ser el escenario de la propuesta, denominada ‘El laberinto de las sustancias’, con la cual alumnos de 4t de ESO de centros de Tarragona, Reus, la Canonja y les Borges del Camp, realizan experimentos encaminados a determinar el contenido de varias sustancias.

Desde el 21 de enero y hasta el 1 de febrero, participarán en torno a 350 alumnos, con unas prácticas como destacaba Carles Lozano, coordinador del Programa APQUA de la URV, «permite a los estudiantes hacer el descubrimiento de actividades químicas a través de la experimentación más lúdica, casi como un juego». Las diversas pruebas que coordinan estudiantes del ETSEQ con grupos de 10 alumnos, sirven para que los jóvenes intenten determinar cuál es cada sustancia que les proponen. Para Lozano, además del atractivo de la actividad, también hay otros componentes complementarios, «entre ellos que utilizando el equipamiento de la URV se sienten también universitarios, se sienten más ‘adultos’».

Este miércoles, una treintena de alumnos de Josep Tapiró y Salvador Vilaseca de Reus han sido los encargados de hacer las prácticas de experimentación en los laboratorios.

La jornada, para los participantes, empieza con una explicación teórica de los experimentos que los proponen, la práctica en los laboratorios y, una vez finalizada la actividad, se trasladan hasta el centro de producción de BASF a Tarragona, donde descubren también aplicaciones a mayor escala de lo que han estado experimentando.

Pol Ollé, responsable de los Teen's Lab por parte de la empresa BASF destacaba los resultados que han conseguido con esta propuesta. «Ya llevamos cinco ediciones y los resultados han sido muy buenos. Nosotros como empresa», explicaba Ollé, «pretendemos despertar la vocación química a estos estudiantes y, al mismo tiempo, que nos conozcan como empresa». En este sentido, Pol Ollé añadía que, «como BASF, saben quiénes somos, pero no saben exactamente que es el que hacemos».

El fomento de estas vocaciones tiene un componente eminentemente práctico para la multinacional química. «Como industria química no podemos pedir nada mejor que poder disponer de gente muy bien formada y este es un paso importante en este sentido»., añade Ollé.

Con respecto al vínculo entre las químicas, BASF en este caso, y la universidad, Ollé destacaba la importancia, «y la necesidad. Es un win-win de la empresa y la URV, que puede mostrar sus instalaciones y entrar en este proceso de captación de alumnos».