La prohibición de vender alcohol en los campos municipales angustia a los clubes

La prohibición de vender bebidas alcohólicas en los campos de fútbol municipales de Tarragona, con independencia de qué haya o no partido de competición o entrenamientos, está ahogando la economía de muchos clubes que ven cómo los ingresos por este concepto han caído en picado. Presidentes de clubes consultados por esta redacción coinciden en decir que la medida no tendría que ser aplicable en horarios en qué no hay actividad deportiva. Por su parte, la concejala de Deportes del Ayuntamiento, Elisa Vedrina, recordó ayer que la medida obedece a la aplicación de la Ley del Deporte y anunció que el consistorio trabaja en la adopción de una medida a medio plazo, a fin de que sea el Ayuntamiento quien gestione los bares de los campos de fútbol municipal y que treurà a concurso la concesión de estos.

Luis García, presidente de la Cultural Torreforta y responsable del bar desde hace muchos años, manifestó en esta redacción que «no tiene ningún sentido que no se pueda vender bebidas alcohólicas cuando no hay fútbol, por ejemplo a primera hora de la mañana cuando sirvo desayunos». De la recaudación que se hace «sale el dinero para pagar derechos federativos y los arbitrajes del primer equipo». Desde el pasado mes de octubre «hemos notado una importante bajada en la recaudación y me planteo dejar el club cuando acabe la temporada, porque la recaudación del bar era una gran ayuda para el club».

García recordó que «la subvención municipal es de 2.800 euros, no hemos cobrado la del año pasado, y son un dinero que nos sirve para pagar los desplazamientos del equipo». El presidente de la Cultural Torreforta apuntó que «yo abro el bar muchas horas al día, y en la mayoría no hay actividad deportiva, por lo cual no entiendo que no nos dejen vender cervezas».

Por su parte, Pablo Pedro González, presidente de la Floresta, dijo que «esta medida hace mucho daño y, además, se aplica a los campos municipales de Tarragona, pero no en otras poblaciones próximas como la Canonja o Vila-seca». González añadió que «hay cerca de cuarenta clubes que ya han dejado la competición por este motivo, como Marçà, Bot o Tancat». El presidente de la Floresta afirmó que «he hablado del tema con la concejala Vedrina y me dijo que me podrían cerrar el campo tres meses». «Estoy muy quemado y tenemos que hacer alguna cosa porque, en caso contrario, acabarán con los clubes de fútbol modestos», subrayó, para remarcar que «en el campo del Nàstic se puede vender alcohol –no en horario de partido– y no entiendo estas diferencias cuando, en mi caso, incluso yo arreglo los vestuarios del campo municipal». De la recaudación del bar de la Floresta, «que abre de 5 de la tarde a 10 de la noche cuando hay entrenamientos, mil euros son para el club y el resto para la persona que lo lleva».

En este contexto, el presidente del Racing Bonavista, Pepe Espejo, comentó que «no todos los campos cumplen la normativa y en el Nàstic sirven alcohol hasta dos horas antes de los partidos, mientras que nosotros no lo podemos hacer, y pienso que todos tendríamos que recibir el mismo trato». En el caso del Racing Bonavista, «la recaudación en el bar ha bajado entre un 60 y un 70 por ciento, cuando hay gente que se lleva bebidas alcohólicas de casa y yo no soy nadie para prohibir que lo hagan». En este campo «pagamos un sueldo a la persona que lleva el bar y el resto de la recaudación es para el club».

Desde el Ayuntamiento, la concejala Vedrina fue contundente en decir que «nosotros hacemos aplicar la Ley del Deporte, que está recogida en la ordenanza municipal y prohíbe la venta y consumo de alcohol en los recintos deportivos, cuando hay partidos y cuando no hay». Vedrina apuntó que el hecho de que «un presidente gestione el bar es un tema a extinguir». Por otra parte, Vedrina recordó que el cumplimiento de la ley «es competencia de los Mossos y la Guardia Urbana sólo puede informarlos».