«La exposición del MAMT nos muestra cómo ha cambiado la idea de escultura en cien años»

El Museo de Arte Moderno de Tarragona (MAMT) conmemora los 100 años de la muerte del escultor Julio Antonio, considerado el renuevo de la escultura en el Estado en el siglo veinte, con una muestra temporal que recoge el trabajo de doce artistas actuales. Se podrá visitar hasta el 21 de abril. La entrada es gratuita.

—Qué tienen en común los doce artistas que exponen en esta muestra?

—La selección de los artistas se basa en los ganadores del Premio Julio Antonio de escultura, desde 1989, año en que se conmemora el nacimiento del escultor, hasta la actualidad. Este año estamos celebrando el centenario de su muerte, y desde el Museo se han programado varios actos. Uno de ellos consistía en crear una interlocución de artistas contemporáneos con la obra de Julio Antonio.

—De qué manera se ha concebido, la muestra?

—Hay tres ideas básicas que han ido atando el hilo de la exposición. La primera, ver cómo ha cambiado la idea de escultura en cien años. La escultura contemporánea tiene un abanico de registros muy amplio, y esta exposición nos permite contrastarlo. Al principio del siglo pasado se seguían básicamente los preceptos del clasicismo y el renacimiento, y Julio Antonio fue, en el estado español, punta de lanza, el más vanguardista. En cambio, la escultura contemporánea ha desplegado una multitud de registros y estrategias a la hora de abordar la cuestión formal. En esta exposición se pueden identificar muy bien la riqueza de líneas de trabajo.

—Cuál sería la segunda idea?

—Intentamos vehicular una conexión a nivel temático entre esta exposición y la obra de Julio Antonio. Él, como parte implicada en los círculos modernistas y de la escuela de lo que podríamos denominar romanticismo tardío, tiene una obra que bebe mucho de los preceptos de la búsqueda de la perfección formal. Aquí hay varias estrategias, pero el concepto de belleza radica en el sustrato de lo que es el impulso de la creación. Como artista, la búsqueda de la belleza es el máximo elemento común denominador en toda su obra.

—El tercer eje es el Síndrome de Stendhal.

—Sí, para conectarlo con un concepto más contemporáneo. Hoy día la búsqueda de la belleza no es un precepto que esté en el centro de la creación artística, estamos en un momento en que todo el mundo entiende que cada uno tiene sus cánones de belleza, y ha habido muchos artistas que se han dedicado a desmontar cánones y crear otros. Tampoco hay un debate sobre la belleza, no es una cuestión sobre la cual se hable. Mi aportación como curador ha sido hablar del Síndrome de Stendhal, que es una cuestión de actualidad y que está relacionada con una cosa que el arte contemporáneo sí que hace mucho, que es desplazar el momento de la percepción: una pieza de arte contemporáneo interpela mucho más al espectador, y su experiencia es la que realmente da sentido y completa la obra. Y en este desplazamiento hacia el espectador, el Síndrome de Stendhal nos ligaba mucho la búsqueda de la afectación personal vinculada a la emoción y la belleza con la experiencia del observador. Ha sido un juego interesante.

—Al final, lo que tenemos también es una excepcional muestra de arte escultórico del Camp de Tarragona.

—Sí, en esta exposición todas las piezas se han producido expresamente para la muestra. Buena parte de los autores son del Camp de Tarragona, y creo que son representados casi todos los escultores que han trabajado de los noventa para acá con un poco de rigor y continuidad, y que han tenido una cierta resonancia. Es una representación muy amplia de lo que es la creación contemporánea en el ambit escultórico en el Camp de Tarragona y Cataluña Sur.