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Loveparade

Paco Zapater: «Ni tendremos justicia, ni tendremos descanso»

El juez cierra el caso del Loveparade contra siete procesados y el juicio sólo continuará para los tres restantes

El abogado tarraconense y padre de una de las víctimas del Loveparade, Paco Zapater.

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El tribunal alemán ha aceptado el acuerdo con el fiscal de siete de los diez procesados por el alud humano en el festival de música techno Loveparade en el 2010 y el juicio sólo continuará contra tres de las personas acusadas. La tragedia provocó la muerte de 21 personas, entre ellas dos jóvenes tarraconenses. Los seis funcionarios municipales y un trabajador de la organización han admitido una «culpa pequeña» y así han podido salir del caso. Los otros tres procesados, trabajadores de la promotora Lovapent, han rechazado la propuesta de conformidad del fiscal -una multa de 10.000 euros- y la vista contra ellos seguirá adelante. «Ni tendremos justicia, ni tendremos descanso», ha lamentado el abogado tarraconense y padre de una de las víctimas, Paco Zapater.

Zapater ha criticado que los siete procesados se hayan declarado culpables, pero no se los imponga ninguna pena concreta. «Parece ser que el atenuante que se tiene en cuenta es que recibieron muchas presiones de los políticos para que la Loveparade se hiciera y no soportaron la presión», ha explicado el abogado.

Según el padre de Clara Zapater, ni tendrán justicia, ni tendrán descanso. «No tendremos justicia porque estos siete salen airosos del proceso y no tendremos descanso porque el juicio continuará y puede tardar meses y meses», ha lamentado. Si no se dicta sentencia en un plazo de un año y medio, el caso prescribirá coincidiendo con el décimo aniversario de la tragedia, el 24 de julio del 2020.

Paco Zapater se ha mostrado temeroso de que «todo se vaya al garete», dado que en trece meses sólo han declarado 58 testigos. Dicen que quedarían unos 500 y, siguiendo este ritmo, tardaríamos diez años. Es imposible que se pueda hacer en un año y medio lo que queda. Es kafkiano», ha añadido.

Según el abogado, los familiares están «decepcionados» y creen que «no ha habido voluntad de hacer el juicio». «La razón es que el festival se hizo por presiones políticas sin medidas de seguridad y, por lo tanto, ahora quieren poner tierra sobre todo eso», ha valorado.

A pesar de todo, Zapater ha insistido en que seguirán luchando. «Si no podemos hacer nada por nuestra hija ni por conseguir una sanción penal sustancial para los responsables, denunciaremos la situación para que se cambie la ley alemana, que casi no permite acabar macrojuicios, y para que se establezca una normativa de seguridad para futuros conciertos como el de la Loveparade», ha expuesto.

Un largo proceso judicial

En el 2016 el tribunal de distrito de Duisburg decidió cerrar el caso aduciendo que no existían pruebas suficientes para abrir un proceso penal. Los familiares de las víctimas mandaron una campaña en las redes para reabrirlo y recogieron más de 367.000 firmas en toda Europa. La Audiencia territorial del estado alemán de Renania del Nord-Westfalia, con sede en Dusseldorf, acabó dando la razón a la fiscalía y a los familiares de las víctimas, que habían recurrido la primera resolución judicial y ordenó la apertura de juicio oral.

El juicio empezó el 8 de diciembre del 2017 en Dusseldorf (Alemania) y se preveía que acabara el diciembre pasado. Los procesados fueron cuatro trabajadores de la organización de la Loveparade y seis funcionarios municipales a los cuales se acusaba de homicidio imprudente y daños corporales. El alcalde de Duisburg en el momento de la tragedia, el propietario de la empresa organizadora del concierto y el jefe de policía responsable de la seguridad no figuran entre los procesados.

Los familiares de las víctimas siempre han defendido que se produjo una imprudencia temeraria en la organización y gestión de la Loveparade porque se superó de mucho la capacidad del espacio donde se celebraba el acontecimiento. Entre 100.000 y 200.000 personas por hora entraban por un túnel de 20 metros de ancho, que era la única vía de entrada y salida del recinto. Finalmente, un alud humana causó 21 víctimas mortales, entre ellas la tarraconense Clara Zapater, de 22 años, y la cambrilense Marta Acosta, de 21. La estampida también hizo más de 500 heridos.

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