La Policía Nacional investiga seis posibles casos de explotación sexual

La Policía Nacional mantiene abiertas seis investigaciones por posible explotación sexual en la demarcación de Tarragona. Los agentes tienen controlados una veintena de pisos donde se ejerce la prostitución. En algunas de estas viviendas se ejerce la prostitución de manera libre, pero en otras situaciones se dan casos de explotación, donde una o varias personas presionan a las prostitutas aprovechándose de su vulnerabilidad (generalmente son inmigrantes recién venidos y sin papeles) y se quedan gran parte de las ganancias provenientes de los servicios sexuales de las chicas.

El jefe de la Unidad de Redes de Inmigración Ilegal y Fasledats Documentales (UCRIF) de la comisaría de la Policía Nacional de Tarragona conoce bien estos casos. El número de extranjeras entre estas mujeres explotadas cada vez es mayor.

El máximo responsable de la UCRIF explica que cuando detectan un piso donde se ejerce la prostitución, los agentes investigan para aclarar si hay explotación sexual. En caso negativo, los agentes no intervienen. Es lo que pasaba hace dos años cuando hicieron una entrada en un piso en el corazón de la Part Alta donde algunas mujeres recibían a sus clientes. «Entonces no encontramos indicios suficientes para arrestarlos», explica en referencia a un matrimonio grande y su hijo, que gestionaban el prostíbulo.

El pasado 1 de octubre, los agentes irrumpían, de nuevo, en esta casa. Esta vez lo hacían con nuevas evidencias y detenían esta red familiar por, supuestamente, explotar sexualmente a seis mujeres de nacionalidad rumana, dominicana, cubana y española de origen marroquí. La familia, formada por un hombre de 83 años, una mujer de 66 y un hombre de 30, publicaba anuncios para captar posibles prostitutas. Los presuntos explotadores están en libertad con cargos a la espera de que se celebre el juicio. La policía cree que en aquella casa, a unos metros del Portal del Roser, se ejercía la prostitución desde hace unos diez años. La mujer era la encargada y ejercía de madamme, el hombre compraba lo que necesitaban las mujeres y el hijo gestionaba los anuncios en las redes sociales. Que pocas personas ejerzan presión sobre muchas no es extraño. El jefe del UCRIF explica que una persona puede ejercer el control sobre 15. La violencia es sólo una de las vías para canalizar esta presión. Generar un miedo constante a mujeres jóvenes, que se encuentran en un país extranjero, sin papeles ni un entorno de confianza apropiado, acostumbra a ser efectivo para los proxenetas.

Los agentes animan a denunciar cualquier actividad sospechosa de explotación sexual a través del teléfono 900105090 o escribiendo un correo electrónico a trata@policia.es. Las dos vías de comunicación son completamente anónimas.