El Museu Bíblic muestra en 3D una exedra y el porticado del recinto de culto

Los restos de época romana que se conservan en el interior del Museu Bíblic, de especial relevancia histórica y patrimonial, han recuperado su estructura original gracias a la realización de un modelo en 3D por expertos del Institut Català d’Arqueologia Clàssica y la Universidad de Alicante. La reconstrucción virtual es el resultado del proyecto final del master presentado por la arqueóloga Sílvia Fibla.

Las imágenes serán proyectadas de manera permanente en las dependencias del museo y se podrá acceder a través de su web y de la plataforma Sketchfab. En el caso de la exedra, de la que queda toda la cimentación, con muros de 2,40 metros de ancho y hasta 5 metros de altura, las imágenes recreadas se podrán visionar en el mismo espacio donde se encuentran. La recreación en 3D ha sido el resultado de dos años de trabajo, dijo Josep Maria Puche, arqueólogo de la Unidad de Documentación Gráfica del ICAC, quién ha sido el director del trabajo de investigación realizado por Fibla.

Puche dijo que, con las imágenes virtuales, «explicamos cómo ha evolucionado la zona, a partir de los restos que conocemos, que en la Part Alta están fragmentadas y camufladas». «La tecnología nos ha dado unas herramientas muy potentes» para poder reconstruir el pasado, dijo. Por su parte, Fibla explicó el proceso que ha seguido y expresó su «satisfacción» por «poder presentar el resultado del proyecto en la misma sede del museo».

El director del Museu Bíblic y arqueólogo, Andreu Muñoz, explicó que la institución «se fundó en 1930», pero el edificio que lo acoge se construyó en el siglo XVI. En el subsuelo y varias dependencias contiene desde restos romanos en un refugio de la Guerra Civil. El inmueble está localizado en el Recinto de Culto de Tarraco y contiene restos del gran edificio que rodeaba el Templo de Augusto.

Muñoz manifestó que «el Museu Bíblic está en un edificio que nos da muchas sorpresas», porque en este sector del subsuelo de la Part Alta «se encuentra la síntesis de la acrópolis de Tarragona, su transformación y metamorfosis». El director del centro museístico recordó que «el Recinto de Culto de Tarraco, con su porticado y exedras, es lo más importante de la Península.

El trabajo realizado por Sílvia Fibla y supervisado por Josep Maria Puche facilitará la comprensión de los restos romanos a las personas que visiten el museo y mostrará cómo era, en realidad, esta zona de la ciudad en el siglo I dC, cuando era la ciudad más importante de Hispania.