Los pescadores de arrastre del Serrallo empiezan su veda
Algunas de las barcas continuarán su actividad un mes más con la captura de la gamba
Ayer miércoles, 1 de mayo, empezó el paro biológico para la pesca de arrastre, la veda. Una veda «necesaria como el pan que comemos», indica Javier Vizcarro, presidente de los armadores de arrastre de Tarragona al Diari Més. Y es que el hecho de que el pez «no «crezca» en la costa tarraconense implica graves problemas para armadores y marineros. «La veda es buenísima, hace 62 años que la hacemos». Este año toca finalizarla el 30 de junio y volver al trabajo a partir del 1 de julio, pero para no saturar las aguas de barcas unas «seis o siete» van a pescar gamba un mes más: hasta el 1 de junio, con la obligación de cumplir la veda de dos meses a partir de entonces.
Aunque los pescadores del Serrallo hagan veda desde mucho antes, la medida está regulada en Cataluña y en el Estado español desde el año 1991. Una de las facilidades que pone el Estado es pagar una serie de ayudas, eso sí, que no llegan a tiempo. «Todavía nos deben la subvención del año pasado, eso pasa cada año, llega la veda y todavía no hemos cobrado la del año anterior», señala Vizcarro. Los marineros, por el contrario, se van al paro estos dos meses, con el fin de poder sobrevivir.
Falta de relieve
La veda afecta sobre todo a las variedades de sardina o boquerón, entre otros. La pesca en el Serrallo va a la baja. De las barcas que había en los años ochenta, la ciudad de Tarragona ha perdido cada vez a más trabajadores dedicados a este sector. «No tenemos gente, nadie quiere ser pescador», dice el presidente de los armadores de arrastre. Por eso, cada vez hay más presencia de inmigrantes en las flotas, rompiendo de esta manera la tradición familiar del barrio marítimo.
El presidente de la Federació Catalana de Confraries de Pescadors de Catalunya, Toni Abad, afirmaba recientemente que el sector carece «de relieve». Eso, sin embargo, sólo es una consecuencia de las condiciones de trabajo y de remuneración a que se tienen que someter los trabajadores del sector. «Seguiremos aguantando», afirma Javier Vizcarro, que se muestra convencido del futuro de una actividad económica que años atrás había sido la principal de la zona.
El tamaño del pescado
Una de las principales causas de todo es el tamaño del pescado. Un estudio encargado por la Comisión Europea señalaba este mismo mes de abril que la población de sardina y boquerón es cada vez más joven y que hay peces que se pescarán antes de haberse reproducido por primera vez, hecho que conducirá a la disminución de la capacidad reproductiva de la población. Los expertos lo atribuyen a cambios ambientales desfavorables, a las temperaturas, las lluvias, el plancton y a una explotación pesquera alta.