De Tarragona en Sao Paulo (Brasil)
«Aquí la gente se toma las cosas a otro ritmo, todo el mundo va tranquilo»
Anna Esparza llegó al Brasil para hacer las prácticas de la carrera de terapeuta ocupacional
Anna Esparza Olivar es una tarraconense de 22 años que se fue a Sao Paulo (Brasil) el 1 de febrero y tiene previsto volver el 11 de mayo. Es estudiante de 3º de Terapia Ocupacional en la Escuela Universitaria de Enfermería y Terapia Ocupacional de Terrassa (UAB). En el Hospital Universitario de Sao Paulo hace prácticas, así como también en el departamento de Psiquiatría de la facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo.
—¿Qué motivos la llevaron a marcharse de casa para ir a vivir al extranjero?
—Pensé que era una oportunidad única de conocer una cultura diferente de la mía y de salir de mi zona de confort. Además, la carrera que estudio hoy en día por desgracia no tiene mucho reconocimiento en Cataluña. En cambio, en Sudamérica, me habían comentado que estaba más reconocida, ya que hace más años que existe la figura de terapeuta ocupacional en el ámbito profesional y hay mucha más literatura científica de aquí que en España.
—¿Cuál fue su primera impresión del país al llegar?
—Pensé: ¿Por qué no estudiaste portugués más horas?
—¿Cuáles son las principales diferencias entre Sao Paulo y su casa?
-Uf, para empezar, aquí la gente normalmente come entre las 11 y las 13 h., y cenan en torno a las 19 h. Vivo en una residencia de estudiantes donde el 90% de los que viven allí estudian Medicina, los otros Fonoaudiologia y después estamos las dos catalanas que estudiamos terapia ocupacional. Además, en mi planta todos somos estudiantes de intercambio. Por el hecho de ser estudiantes nadie tiene que pagar la residencia en la que vivimos, así que tengo alojamiento gratuito. Y tenemos bufete libre por sólo 2 reales (0,50 euros). Se podría decir que vivo en una pequeña burbuja donde todo son facilidades para los estudiantes.
—¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?
-Sin duda la avenida Paulista es de los primeros lugares donde uno tiene que ir, especialmente los domingos que es cuando se corta el tráfico en toda la avenida y la gente pone muchos puestos diferentes por la calle.
—¿Qué destacaría de la manera de trabajar del país?
—Aquí la gente se toma las cosas con otro ritmo, todo el mundo va tranquilo, aunque haya tráfico, aunque el metro esté lleno o que en el bus esté todo el mundo de pie, no veo nunca a la gente estresada o perdiendo los papeles, la verdad. Y si se llega tarde al trabajo, no se acaba el mundo. Tengo que decir que respecto al trato con la gente, realmente todo el mundo es extremadamente amable y afectuoso o, como aquí le dicen: fofo.
—¿Des que llegó ha vivido algo que no se hubiera imaginado nunca?
—Antes de irme de casa, todo el mundo me decía que fuera con mucho cuidado, que la realidad de Brasil no es la misma que la nuestra, que no volviera nunca sola a casa, la verdad es que me explicaron muchas barbaridades. Es cierto que hay muchos robos, que tienes que ir con cuidado por qué calles vas y a qué horas, sin embargo, por otra parte tiene lugares, costumbres y maneras de hacer tan bonitas que ojalá la imagen que se tiene en Cataluña de Brasil fuera diferente.
—¿Qué costumbre del país actual se llevaría a Cataluña?
—Elaçaí, el helado más delicioso que he probado nunca. A este helado, se le pone por encima leche condensada, leche en polvo y fruta, es super típico de aquí, allí donde vas hay, ya sea en sitios ambulantes, cualquier supermercado, heladerías únicamente deaçaí. Y también latapioka, una especie de crepe muy sencilla de hacer que aquí todo el mundo come, le ponen tanto dulce como salado. También me llevaré de aquí la manera en la que estoy siendo tratada. He sido muy bien acogida, se ayudan mucho y creo que es una manera de hacer que tendríamos que adoptar.