Política
Tarragona recibirá unos 20 kilómetros de carreteras urbanas del Estado «en los próximos meses»
El consistorio hace el último pleno ordinario de la legislatura, en el cual se han despedido varios concejales
El Estado cederá al Ayuntamiento de Tarragona uno 20 kilómetros de carreteras que forman parte de la trama urbana de la ciudad. La recepción supone un 15% de la red vial tarraconense y afecta la N-340, la N-240 y la T-11. Lo ha asegurado este viernes el concejal de Territori, Josep Maria Milà, que ha añadido que el trámite se tendría que confirmar «en los próximos meses». Además, ha adelantado que el coste de mantenimiento que tendrá para la ciudad la gestión de las vías será de unos 400.000 euros anuales y que el consistorio pretende que el Estado construya dos nuevas rotondas, en Torreforta y en Cala Romana. Milà ha hecho el anuncio al finalizar el último plenario ordinario de la legislatura, que ha servido para despedir a diez ediles que ya han confirmado que no repetirán en el cargo.
Milà ha calificado de «vitales» las recepciones porque actualmente «son calles de nuestra ciudad», más que no carreteras, fruto del crecimiento urbanístico de Tarragona. En concreto, el tramo de la N-240 que recibirá el Ayuntamiento va desde el centro de la ciudad hasta el final del término municipal en dirección Valls, pasando Sant Salvador, ha concretado al concejal. Por lo que hace a la T-11 llegará hasta la rotonda de Les Gavarres, dejando en propiedad municipal la zona que pasa por los barrios de Torreforta y La Floresta, entre otros. Con respecto a la N-340 la cesión afecta tanto a la zona de Llevant como a la de Ponent. Especialmente significativa es la primera, ya que Milà ha explicado que hay la voluntad de hacer un proyecto común con Vila-seca y La Canonja para convertir el tramo de la N-340 en una gran avenida urbana.
Según las estimaciones del consistorio, el mantenimiento de las nuevas carreteras tendrá un coste de unos 400.000 euros anuales. Milà ha indicado que el Estado tendría que ceder «las carreteras en perfecto estado de mantenimiento» pero que el Ayuntamiento no recibirá ninguna compensación económica para hacerse cargo. La voluntad municipal es que la contraprestación sea en forma de dos rotondas, en Torreforta y Cala Romana, que ayuden a pacificar las vías. El titular de Territori se ha mostrado optimista respecto de los plazos de la recepción y la construcción de las rotondas, ya que el dinero que tiene que invertir el Estado es en concepto de «mantenimiento y conservación», por lo que ya están presupuestados.
Plenario de despidos
El plenario de este viernes ha sido el último ordinario de la legislatura y ha servido para despedir a los diez concejales que han manifestado públicamente que no seguirán en el consistorio. Algunos de ellos, al final de la sesión, han dirigido unas palabras de despido. Todos han tenido un recuerdo para los concejales difuntos en esta legislatura y se han vivido momentos de emoción en el salón de plenos. Pedro Sánchez, que empezó la legislatura en el grupo de Ciudadanos y lo ha acabado como concejal no adscrito, ha expresado que ha sido un «orgullo que mi ciudad me haya podido llegar a ver ser concejal». Mònica Alabart, de ERC, ha tenido un recuerdo para los «presos políticos» y ha afirmado que seguirá estando «a disposición de los tarraconenses».
Por su parte, la titular de la concejalía de Turismo, Inmaculada Rodríguez, del Partido Popular, ha manifestado que ha sido «un honor capitanear la nave de lo que tendría que ser uno de los pilares del futuro de Tarragona». Las socialistas Ivana Martínez y Elvira Ferrando han tenido un recuerdo para la «paciencia» que han tenido sus familias para conciliar la tarea municipal con la doméstica y se han mostrado agradecidas al alcalde por la confianza recibida. Finalmente, Arga Sentís, de ICV, ha cerrado sus ocho años de concejala valorando los conocimientos que se lleva. «He aprendido a poner en cuestión mis certezas, a no dar por buenas certezas absolutas y a no separar el mundo en amigos y enemigos», ha apuntado.