Los gladiadores llevan a centenares de personas al Anfiteatro de Tarraco

Los gladiadores han sido los protagonistas del primer fin de semana cumplido, de los dos de duración del festival de reconstrucción histórica Tarraco Viva. El entorno del Anfiteatro ha vivido una mañana inusual, con varias actividades relacionadas con el mundo romano, como una visita a la réplica de una pintura dedicada a Nemesi localizada en la fundición del Anfiteatro, lugar donde los gladiadores se dirigían antes del combate a pedir sus favores a esta diosa. En este espacio también se han llevado a cabo varios talleres relacionados con el mundo de los gladiadores, de juegos destinados a los más pequeños y, también, a la guerra, pero estos contemplados desde un ámbito lúdico.

Superado el mediodía, el grupo de reconstrucción Tarraco Lvdus ha bajado a la arena de un Anfiteatro que se ha llenado de espectadores deseosos de profundizar en el conocimiento del mundo de la gladiatura y ver los combates de luchadores como Columbus, Cirus, Barbaricus o Ursus. El conductor de la actividad ha introducido a los visitantes con una explicación sobre el ahora monumento. «El Anfiteatro de Tarraco fue construido en el siglo II, cerca del mar porque en la playa descargábamos animales que llegaban por vía marítima y que el espectador de la época no había visto nunca». El recinto de Tarraco «tenía capacidad para 15.000 personas, cuando la ciudad tenía 40.000 habitantes», ha destacado, antes de comentar que el objetivo de la propuesta era explicar «la evolución de ocho siglos de la gladiatura».

El conductor del espectáculo ha comentado que «los gladiadores luchaban tres o cuatro veces al año y el más normal es que no murieran en la arena, sólo cuando lo decidía el editor», a la persona que pagaba los juegos, entre otros motivos porque preparar a un gladiador para combatir tenía un coste económico alto. También se ha referido a la alimentación que seguían los gladiadores, «a personas que no estaban como las que se ven en las películas y que acostumbraban a ser grandes, porque la capa de grasa evitaba heridas profundas». De hecho, «el médico Claudius Galenus supo que en el cuerpo humano había órganos, gracias a las heridas que recibían a los gladiadores y a los cuales se refería como las ventanas del cuerpo».

Los espectadores han intervenido de manera activa, tanto para dar apoyo a su gladiador preferido como a la hora de decidir si quería que muriera o que salvara la vida, agradeciéndole el espectáculo ofrecido delante de su rival, al ganador del combate.

El próximo fin de semana será el turno de los legionarios, pero también de personajes históricos de la importancia de Ptolomeo o Aspàsia de Mileto.