Cabeza de lista de Junts a las elecciones municipales en Tarragona
«Los tarraconenses tenemos que ocupar las calles, tienen que pasar cosas»
Dídac Nadal huye del estilo de su padre, el exalcalde Joan Miquel Nadal, y garantiza que no pactará con el PSC, Ciudadanos, PP y Vox
—Vuestro eslogan es La Tarragona que volem. ¿Cuál es la Tarragona que quieren?
—Es una Tarragona radicalmente diferente a la que hemos visto hasta ahora. Me lo imagino abierta, moderna y que ilusione. Tarragona necesita un plan de choque en la limpieza. Una vez hecho eso, nosotros siempre hemos abogado por la policía de barrio, que sea una policía más próxima, que camine, que la veamos entrar en los comercios, preguntando cómo van las cosas... Por otra parte necesita un plan de choque de microurbanismo, pero bien identificado. A causa de la falta de mantenimiento de todos estos años necesitará una actuación más contundente. Es decir, todas aquellas cuestiones que forman parte del día a día de todos los tarraconenses y tarraconenses. Para llegar a una ciudad abierta, moderna e ilusionante, tenemos que sobre todo despertar el comercio local, protegerlo, defenderlo, dinamizarlo, promoverlo, evitar grandes superficies que no nos llevarán a ningún sitio, que será seguir cavando el agujero. Todo forma parte de lo mismo, si nosotros conseguimos reactivar la cultura, sacando la cultura a la calle, que sea la misma cultura que despierte a los tarraconenses. Los tarraconenses y las tarraconenses tenemos que ocupar las calles, en las calles tienen que pasar cosas, si no estamos en las calles en los comercios no les van bien las cosas, a la restauración no le van bien las cosas... Si todos estos elementos somos capaces de ponerlos en marcha despertaremos la Tarragona que queremos. Si cualquiera de estos elementos nos falla un poco realmente podremos tener una ciudad más ordenada, más bonita de lo que tenemos ahora, evidentemente que sí, pero no acabará ilusionando. Si no nos ilusiona a los tarraconenses no seremos capaces de trasladar o proyectar eso hacia los de fuera.
—Sorprende este discurso siendo unas elecciones municipales, cuando la mayoría de partidos optan por hacer grandes propuestas en lugar de estas microacciones. ¿No tienen ningún macroproyecto, como unos Juegos Mediterráneos, en lo que basaríais el mandato?
—Es tan estructural lo que yo propongo... Hemos llegado a la conclusión de que los tarraconenses están agotados, tienen auténtica angustia, a cualquier otro proyecto megalómano que se pueda poner sobre la mesa. Desde mi punto de vista ha llegado el momento del ciudadano, haciéndole la vida más amable. Ha llegado el momento que cuidemos del alumbrado, de las zonas verdes, de las marquesinas de las paradas de los autobuses, de las papeleras, espacios donde haya sombra, itinerarios históricos... Queremos hacer ciudad a través de la calle.
—De esta manera, esta candidatura de Junts per Tarragona, heredera de la extinta Convergencia i Unió, huye una pizca de lo que fue Joan Miquel Nadal, padre de Dídac Nadal.
—Yo creo que los estilos no dependen tanto de los antecesores sino de los contextos. Yo miro el contexto que me toca vivir y el contexto es que después de 12 años con Ballesteros no ha habido cuidado de la ciudad. Huimos de todo eso, lo que nos toca vivir es este contexto. Fijémonos en que grandes capitales mundiales han abogado por una consulta en grandes proyectos y que la mayoría de los resultados han sido que no querían ningún gran proyecto.
—¿En caso de que se lo plantearan, pues, habría consultas en relación a grandes proyectos?
—No sólo a grandes proyectos. Yo nací el año 77 y llevo ahora 1 año y 2 meses en política. Me he emplazado a mí mismo a no hacer nada que a mí no me hubiera gustado que me hubieran hecho como ciudadano. Para mí la participación ciudadana no es una cuestión excepcional, sino que tiene que formar parte del día a día de cualquier ciudad. El otro día estaba hablando con un tarraconense que tiene mucho contacto con Suiza y me decia que el mes que viene tienen que responder a quince consultas que les hacen de carácter municipal, cantonal y estatal.
—¿Es eso lo que querría para Tarragona?
—Eso es lo que a mí me gustaría que de forma progresiva se fuera implantando a nuestra democracia, porque al final los políticos no dejan de ser un pequeño esgraó para llegar a la democracia directa.
—Hace cuatro años el grupo municipal era de Convergència i Unió, después de Convergencia y más tarde del PDeCAT. Ahora están Junts per Catalunya y quien sabe si dentro de un tiempo la Crida.
—Hay gente incluso que dice que se encontraba más cómoda con la antigua Convergencia, de otros que son partidarios de un salto más profunt como podría ser la Crida. Lo que es curioso es que las tías-abuelas de Convergencia puedan sentarse en una misma mesa con gente que viene de movimientos de izquierda, es una combinación bonita pero difícil de gestionar, tenemos que aprender a gestionar todas estas sensibilidades. La mentalidad de Convergencia continúa, intentamos coger lo mejor de aquella Convergencia, pero el hecho es que Convergència i Unió no estará más, ¿eh?
—Decía que sería bonito que en Tarragona hubiera un gobierno independentista. ¿Tarragona es independentista por que haya un gobierno independentista?
—No he propuesto nunca un gobierno independentista. Mi preocupación en las municipales es Tarragona. El que sí que Tarragona tiene que estar alineada con todas aquellas inquietudes que tengan que ver con la democracia y ahora estamos viviendo un proceso que tiene que ver con la democracia. ¿Tarragona, independentista? No, Tarragona es de diferentes creencias, reflexiones. Pienso que tiene que estar alineada con la democracia y en estos momentos no lo está.
—¿En política de pactos, ya descartan por lo tanto pactar con los partidos del 155?
—Sí, sobre todo con los partidos de derecha y ultraderecha. El país está como está y no estamos para hacer estos inventos.
—Pero Junts per Tarragona puede tener la clave de gobernabilidad.
—A mi edad me tengo que sentir cómodo y, si no me siento cómodo, no habrá sillas y no pasa absolutamente nada, aquí hemos venido a trabajar. Es evidente que, con Cs, PP y Vox, ni entrar ni salir. El PSC de Ballesteros y Pau Pérez no es el partido con que yo pudiera llegar a ningún pacto.
—¿Qué opina que Ballesteros se vuelva a presentar?
—El señor Ballesteros tiene un auto de acusación, que ahora está recurrida en la Audiencia provincial, que habla de la comisión de unos delitos muchos graves y que además hay solicitud de penas de casi 8 años. Y, aunque quieran jugar a la confusión, él ha sido el único alcalde de Tarragona con un auto de acusación después de la democracia. Ningún alcalde de Tarragona ha tenido un auto de acusación penal grave, de verdad, cabe. Ahora mismo pongo muy en duda que el señor Ballesteros, en el marco de un cambio generacional que propongo para la ciudad, pueda mirar a los ojos a nadie y decirle «vengo a dar los mejores años de mi vida a la ciudad de Tarragona». No entiendo ni siquiera por qué se quiere presentar a la reelección.