«No veo la necesidad de constuir nada en el PP10, hay que recoser los barrios de Poniente»

—Si sale elegido como alcalde, ¿el objetivo de su gobierno será trabajar por la independencia de Cataluña?

—Antes de todo trabajaré para la gente de Tarragona. Si ven que el trabajo es bueno, que les mejora la vida, un montón de problemas cotidianos, podrán entender otras cosas, que los valores republicanos también son buenos para el proyecto de país.

—¿Contempla un Ayuntamiento independentista?

—Contemplo gobernar con los grupos que quieran el cambio real. Tarragona tiene un problema de falta de rumbo, de golpe apuesta por una cosa, de golpe apuesta por otra. No hay participación real, transparencia. La cultura se concibe como un entretenimiento. Quien apueste por eso nos encontrará. Si casualmente son los grupos independentistas, perfecto.

—No lo descarta, entonces.

—No puedo cerrar la puerta de ninguna manera, al contrario. Pero seguramente habrá más grupos que podemos participar. Tenemos que poner, sobre todo, la ciudad en manos de la gente, dejar de hacernos proyectos megalómanos, hacer cosas cotidianas que arreglen la vida de la gente y apostar por un urbanismo social, cívico y de cohesión, poniendo la cultura como centro de todo, con una administración eficiente, con hombro y gobernar con valores republicanos, ausentes de este gobierno, como la honestidad, la transparencia y la lucha contra la corrupción.

—¿Descarta cualquier pacto con el PSC?

—El PSC podría hacer un ejercicio, darse cuenta de que los últimos ocho años han hecho cosas totalmente incomprensibles como la Budellera. Si cambian absolutamente de idea y apuestan por rehabilitar la ciudad, que la gente participe, defender a los ciudadanos de las agresiones de la extrema derecha y personarse si una persona hace una denuncia de los hechos derivados para el 1 de octubre ya me parece bien, pero tienen que hacer este ejercicio.

—¿Cuál es la propuesta de ERC para luchar contra la sensación de inseguridad?

—Tenemos una guardia urbana cada vez más ausente de la calle y cada vez menos dotada. Ahora se jubila un grupo de agentes, pedimos celeridad y pasan meses y no se mueve nada. Faltan políticas preventivas, comunitarias. Queremos crear los consejos de distrito que impliquen toda la sociedad para hacer el trabajo cívico cotidiano como tener calles arregladas. Las comisarías de distrito son muy importantes porque acercan la Guardia Urbana a los comercios, centros educativos, sanitarios y agentes cívicos.

—¿Faltan efectivos de la Guardia Urbana?

—Falta generar la oportunidad para que los vecinos participen en la vida cotidiana y la prevención de delitos, que sea una ciudad viva. Faltan comisarías de distritos y también efectivos.

—¿Cuántos?

—Unos 50 como mínimo.

—Qué planes tiene para la Anilla Mediterránea?

—Me gustaría una gestión pública, que los espacios deportivos estén gestionados por el patronato y que se pueda generar una vida comercial con zonas recreativas. Ahora hay partidos que copian nuestra idea y nos encanta porque eso quiere decir que nos ayudarán a hacerlo.

—¿Propone combinar el turismo deportivo con la oferta comercial?

—El modelo turístico no está planteado. No tiene sentido hacer un turismo extensivo como a Salou porque no tenemos 30.000 camas. Es un lugar para hacer competiciones pero si hacemos turismo deportivo a la gente que vaya a la Anilla se quedará en dormir en Salou y necesitamos que venga gente con familias que duerman en Tarragona. Tenemos el patrimonio y las comarcas de interior que no sabemos vender como propias. No podemos proponer el modelo de Salou, ellos tienen unos recursos que no tenemos.

—¿Tarragona tiene el ocio nocturno que se merece una capital de provincia?

—Es evidente que no y que no lo tiene bien situado. En la Parte Alta hay gente que tiene todo el derecho a vivir con dignidad, eso quiere decir tener salud y, para tener, tienes que poder dormir un mínimo de horas diarias. Hay gente que le parece una gran idea convertir la Parte Alta en una zona de ocio. Se tienen que buscar zonas que no estén en el centro.

—¿El Puerto por ejemplo?

—Evidentemente, pero es una decisión privada. Alguien tiene que apostar y el Ayuntamiento tiene que poner todas las facilidades para que pase.

—Si es alcalde, ¿le gustaría que el ocio nocturno se reavivara en la zona del Puerto?

—Creo que es una opción, pero también puede haber otros. No me quiero avanzar, se tendría que hacer un estudio profundo.

—A ERC no le gusta la propuesta de Ten Brinke en el PP-10.

—En absoluto.

—¿Qué harían?

—Conociendo al Ayuntamiento, me creo que Ikea no vino por la lentitud administrativa. Ballesteros engañó a la ciudadanía cuando decía que Ikea no contestaba los requerimientos. No veo la necesidad de construir nada nuevo allí. Lo que hace falta es regenerar y coser aquellos barrios que se tienen que revitalizar. Se puede hacer obra nueva sin la necesidad de hacer esta super promoción.

—Se tendrían que hacer pisos, pues.

—No tengo ningún interés en hacer un barrio nuevo. Desde el punto de vista urbanístico y contra el cambio climático no tiene sentido.

—¿Es partidario de limitar el coche en el centro?

—Soy partidario de hacer una ciudad más apta para los peatones. Proponemos una red de carriles bici de 4 kilómetros. Se tiene que limitar el espacio a las terrazas, no puede ser que no se pueda entrar en un comercio porque hay una barrera de sillas.

—¿Qué harán con el IBI?

—Queremos rebajar el IBI para las comunidades que pongan energía fotovoltaica. También reduciremos el impuesto sobre construcciones a los propietarios que quieran reformar su piso para hacer alquiler social.