Candidato de Ciudadanos en Tarragona
«Ballesteros se obsesionó con el Mercado y, ahora, de los Juegos ni habla»
Rubén Viñuales presenta su partido, Ciudadanos, como la única alternativa al cambio y recuerda que no pactará ni con los independentistas ni con Vox
—En las últimas elecciones generales Ciutadans experimentó un ligero incremento del voto, esperáis lo mismo de las municipales?
—Imagina si espero incrementar el voto, que espero ganar y poder gobernar. Quedamos segundos en las últimas municipales, cuando nadie daba un duro, a sólo 30 votos para conseguir un quinto concejal y, ahora, lo que queremos son ganar porque Tarragona necesita reactivarse, ser capital de verdad y con Josep Fèlix Ballesteros, que quiere que le paguemos la jubilación, es complicado. Fuimos segunda fuerza en casi toda la ciudad y la primera en algunos puntos, como a la Mora. Ahora tenemos que ser la primera fuerza.
—¿La irrupción de Vox en la contienda electoral os puede pasar factura a vosotros o al resto de formaciones?
—Creo que no. Se ha demostrado que, aquí, la gente apuesta por opciones más moderadas, más centradas, como la nuestra, que huimos de los extremos; y Vox está, en los extremos. La gente de Tarragona tiene que pensar en el voto útil, el partido que garantiza que no habrá esteladas al Ayuntamiento, como nosotros. Después de las generales, el secretario del PSC en Tarragona, Santi Castellà, dijo que su prioridad era pactar con los republicanos y que lo diga una voz autorizada como él deja claro lo que quieren hacer. Nosotros no, no pactaremos con partidos independentistas, ni con los partidos de los extremos.
—¿Y un pacto a tres?
—Cuando haces una carrera, si miras al del lado, la pierdes. Tienes que salir a ganar. Ciutadans sale a ganar. Tarragona necesita un nuevo gobierno y no pasa ni por ERC ni por Ballesteros.
—¿El PP podría haber sacado rédito político por haber gobernado?
–Absolutamente no. Nosotros podríamos haber entrado a gobernar, nos lo pidió Ballesteros, pero le dijimos que no porque no queríamos ser su muleta, queríamos un cambio real. Entró el PP y se notará en las urnas porque no han sabido hacer las cosas.
—Afirma que, si Ballesteros va a juicio, queda descartado. En qué punto tiene que producirse eso, con sentencia, con juicio...?
—Con el auto de apertura de juicio. Si tiene que ir a juicio, no puede ser alcalde, ni puede ser socio de gobierno. No es lo mismo un auto de continuación de PA que uno de apertura de juicio con un escrito de acusación de fiscalía que considera que se han producido ciertos delitos.
—¿Y la presunción de inocencia donde queda?
-Ballesteros se tiene que preguntar si es la situación más digna para un alcalde y si los estatutos de su propio partido dicen alguna cosa al respecto. Cuando hay escrito de acusación, tiene que poner su cargo a disposición.
—¿Qué balance hace del último mandato en la oposición?
—Hemos hecho la mili, hemos aprendido cómo funciona el ayuntamiento y todo lo que podemos hacer. Hay cosas que se pueden mejorar sólo con la voluntad. En nuestra candidatura tenemos muchos técnicos, incluso del Ayuntamiento, porque los técnicos saben cómo mejorar las cosas, pero si la voluntad política no los ayuda, les resulta difícil. Hay muchos ejemplos. En el tema de licencias se puede seguir el modelo de otros ayuntamientos a los cuales los colegios profesionales les pasan el examen previo del visado y se ahorran meses de trámites. Por otra parte, tenemos que crear el área de conocimiento y calidad, copia de la Diputación, donde ingenieros informáticos homogeneízan procedimientos y buscan soluciones técnicas. Tenemos que internar ganar funcionarios, sacando colas del OMAC, que no tienen sentido en el siglo XXI, o crear la mesa|tabla de colaboración público-privada del turismo. En Tarragona sólo está el público, algo inverosímil, no pasa en ningún sitio.
—Cree que el gobierno se ha preocupado más por el comercio que por el turismo?
—Por qué lo diferencian? ¿Porque lo diferencian también de la cultura? Le pondré un ejemplo: no tocan músicos en las calles porque una ordenanza –que se sometió a un cambio de chapa y pintura por un problema concreto que hubo– no se lo permite. Hace falta que pasen cosas en la calle, porque generan comercio, turismo... ¡Tarragona es aburrida! Hay 5.400 parados del sector servicios y nadie habla. Sólo se han preocupado de cuatro cosas y, en Ballesteros, se le nota. Él dijo «el Mercado Central será mi tumba» y se obsesionó en un edificio que se construyó en dos años y se inauguró en 1915 pero se ha reformado en diez. Y todavía saca pecho, pero en su vídeo de campaña no habla de su proyecto estrella: no habla ni de los Juegos Mediterráneos, ni del Smart City.
—¿Se acercaron facilitando el presupuesto con una abstención a cambio del plan de choque de los barrios? ¿Qué balance hace de este plan de choque| que sólo ha tenido unos meses para salir adelante?
—El PP está dolido por la fotografía del acuerdo, porque no lo debieron saber, pero eso son cosas de la política que a la gente no le interesa. A la gente, lo que lo importa es que haya dinero y, ahora, la Brigada de Intervención Rápida está haciendo muchas actuaciones gracias a eso. Es dinero que no hubieran puesto si no fuera por nosotros y son los de 2019. Ahora hay elecciones, nos queda el resto del año y quizás no serán los presupuestos de Ballesteros, sino los nuestros.
—¿Impulsásteis la comisión de seguimiento de los Juegos. ¿Cuántas veces se ha reunido?
—Tres o cuatro.
—¿Ha servido de algo?
—No.
—¿Eso no os hace corresponsables ahora que todo el mundo pide cuentas?
—La comisión hacía responsable en el gobierno de hacernos partícipes de cómo iba todo, pero no lo supo utilizar. Sabremos la verdad cuando finalice la fundación porque el control es ex puesto. Pediremos todos los papeles.
—¿Qué os falta saber?
—Todo. Es una fundación y podremos verlo todo: lo que se ha gastado, de donde ha salido... Acabar con la opacidad es la asignatura pendiente del gobierno.
—Ustedes no se han mostrado en contra del proyecto de la Budellera. ¿Qué piensa en general de la planificación urbanística de la ciudad y, en concreto, de este plan?
—Cuando nos dicen si estamos de acuerdo con el plan urbanístico de la Budellera, me sorprende, porque este proyecto, yo no lo he visto. Votamos en contra del proyecto inicial y el definitivo no lo hemos visto, y somos la segunda fuerza. Ahora dicen que se tiene que hacer por fases y nos enteramos por|para la prensa. No puedo estar en contra del POUM, porque es lo que genera seguridad jurídica y costó 13 años; ERC fue el artífice, aquellos que tanto lo critican... Podemos modificar parcialmente planes|planos, sexenios, reducir edificabilidades, pero no creo que el plan|plano de la Budellera lo vean mis ojos.
—¿Los empresarios de este plan no os han enseñado el proyecto?
—Yo me he reunido con todo el mundo y, en este caso, lo que me dieron fue un folletín publicitario con las fotografías de aquello que dicen que quieren que sea, pero nada del proyecto. Además, aprovecho para decir que, soy previsor y me lo pago todo con mi tarjeta. La gente, a menudo, es mala... Y estoy de acuerdo en el hecho que se tiene que construir y rehabilitar, porque la gente se va a Vila-seca. Hay mucha demanda y poca oferta y los precios se encarecen en la ciudad.
—¿Tarragona necesita un nuevo hospital, reformarlo o aprovechar la red del territorio?
—Tarragona necesita un nuevo hospital o reformar el que tiene, pero está el de Reus a pocos kilómetros y tenemos que empezar a pensar en el área metropolitana, en colaborar, no en competir.
—¿Se tienen que revisar los grandes contratos municipales?
—La contrata de la basura se acaba en el 2023. Si entro como alcalde, diré que empiecen a redactar el nuevo pliegue. Quiero un contrato mejor y un mejor control del contrato, no de los trabajadores. Y hay que diferenciar entre incivismo y contrato y también entre los trabajadores y lo que hace la empresa adjudicataria.