Sucesos
Alerta por robos de jóvenes en torno a la plataforma del Miracle
En las últimas semanas, un grupo de chicos han asaltado, navaja en mano, a una clienta y una trabajadora de un local ubicado delante de la playa
Cansada de robos en su local, Zara Tello ha contratado a un vigilante de noche. Asegura que una docena de jóvenes han robado en más de una ocasión sillas y mesas del Limboo, un establecimiento de copas situado delante de la playa del Miracle. «El otro día el vigilante tuvo que perseguir a un grupito porque se llevaban las cajas de cerveza», explica. Tello señala a un grupo de chicos que, según ella, viven en la plataforma del Miracle, concretamente, entre los barracones abandonados debajo de la estructura.
En las últimas semanas, ha habido dos atracos en la zona a una trabajadora del local y a una cliente. Navaja en mano, les cogieron el móvil a las dos y el dinero que la trabajadora llevaba encima. Hace pocos días, Tello se encontró una garrafa con un pañuelo al lado de su coche. Cree que estaban a punto de robarle la gasolina del vehículo. Situados en la plataforma, algunos de estos jóvenes observan el movimiento del paseo desde esta vista privilegiada. Desde hace cinco años, la plataforma está cerrada al público por problemas estructurales. Los accesos y las escaleras que comunican las dos plantas están tapiadas con vallas de hierro, a pesar de que algunas personas sin techo viven desde hace tiempo. Tello mantiene que algunos de estos chicos también viven allí, entre los barracones de madera de la playa abandonados.
El concejal de Seguretat, Javier Villamayor, afirma que, desde enero, la Guardia Urbana ha intensificado la vigilancia en el Miracle. La presencia de los agentes es «continua» y las patrullas por la zona, también de noche, forma parte de las «prioridades» del cuerpo policial. Según Villamayor, por la zona se mueven menores extranjeros no acompañados (MENA), pero no los relaciona con estos hechos delictivos. Sí que confirma que en las últimas semanas se ha producido un robo con fuerza y otro robo de un móvil. En los dos casos, la policía no pudo identificar a los autores.
El verano pasado se produjeron numerosos robos en la playa, sobre todo en los coches aparcados. Amparados por la oscuridad del parking, los jóvenes rompían los cristales y se llevaban los objetos de valor. Dolores Gabarri, que regenta el único chiringuito de la zona también sufrió hasta en tres ocasiones los robos en su negocio. Reventaban la puerta por la noche y cogían el género. «Aquí hace falta más seguridad, alguien que haga rondas continuamente», se queja.
Recientemente, agentes de la Guardia Urbana se han topado con algunos jóvenes inmigrantes sin referentes familiares en la zona. Al tratarse de menores, los agentes lo comunican a los Mossos d'Esquadra que los acompañan a los centros de menores de la Generalitat que tutela a estos chicos hasta los 18 años.
Villamayor diferencia entre dos fenómenos que conviven en el Miracle. Por una parte, estos jóvenes inmigrantes, entre ellos menores, que se mueven por la zona y, por la otra, los sin techo. Desde los servicios sociales los conocen bien. Los trabajadores municipales les informan sobre las plazas en los albergues u hostales pero prefieren dormir en la calle. El concejal de Seguretat explica que el fenómeno de los MENA es una problemática «social y educativa» que se tiene que solucionar a partir del trabajo conjunto de Generalitat y Ayuntamientos.