Candidato del PSC a Tarragona a las elecciones municipales
«Me encantaría ver una Rambla Nova sin coches»
Después de 12 años en la alcaldia, Josep Fèlix Ballesteros opta al cargo por quinta vez consecutiva sin «ningún inconveniente» para pactar con ERC
Josep Fèlix Ballesteros (1959) combinó su profesión como psicopedagogo con la política hasta que llegó a la alcaldía en el 2007. Tres legislaturas después, se lanza a por la cuarta. Cuestionado por la oposición por la gestión de los Juegos Mediterráneos, el candidato socialista defiende su mandato por «no haber dejado a nadie en la carretera» durante la crisis. Concejal desde 1983, es licenciado en Ciencias de la Educación y profesor de Educación integrada de la ONCE. Después del 26-M, hablará con todo el mundo excepto con Vox y la CUP.
—¿Repetirá el acuerdo con el PP?
— Quiero abrir conversaciones con todo el mundo, como hice cuatro y ocho años, excepto con Vox y la CUP. Queremos ver con quién establecemos más coincidencias de proyecto y objetivos para sacar adelante esta ciudad. El diálogo y la negociación y el pacto son absolutamente imprescindibles, sobre todo hoy en día que el voto está tan disperso.
—¿Con ERC se sentiría cómodo?
—De hecho empecé a pactar con ERC los primeros cuatro años. No tengo ningún inconveniente, siempre que hablemos de Tarragona y no de esteladas, lazos y cosas así.
—Equipara Vox con la CUP. ¿Qué similitudes tienen? ¿Por qué los veta por igual?
—Son dos partidos antisistema. La CUP se quiere cargar el sistema capitalista y el sistema actual, cosa que me parece una auténtica barbaridad, porque no hay una alternativa. Las alternativas han fracasado en la historia de la humanidad en casi un siglo y Vox quiere volver al franquismo y eso también es antisistema. También se quiere cargar Europa que todavía es más grave.
—¿Por qué lo tienen que votar?
—La gente sabe que soy capaz de sacar adelante la ciudad en los peores momentos de la historia. En la peor crisis económica y social hemos sacado la ciudad adelante con una alta capacidad de inversión y sin dejar a nadie fuera, en la carretera. Nos hemos dedicado a hacer unos servicios sociales potentes para atender a la gente que lo necesita. Todo el mundo decía que el Mercat Central sería mi tumba, que sería un fracaso. Lo inauguraron hace un año y medio y estaban todos los partidos que lo decían. Fuimos capaces de sacar adelante los Juegos Mediterráneos a pesar de las dificultades, la recuperación de la mirada al mar y la conexión de la Rambla y el contacto al mar desde la Rambla hasta la playa del Miracle que lo querían hacer desde el siglo XIX. La gente sabe qué pasa conmigo, lo que hago y que soy moderado, optimista, dialogante y enamorado de Tarragona por encima de todo. No es casualidad que ningún candidato lleve el escudo de la ciudad. Soy alcalde por encima de todo.
—¿Qué le ha quedado para hacer?
—El Banco de España, la Tabacalera está en marcha con el acuerdo de la Generalitat, pero el Banco de España está prácticamente puesto en marcha. Me habría gustado generar más empleo en la ciudad. Es verdad que la ciudad tiene menos desocupados que la demarcación. Si no hubiéramos estado cuestionando permanente el POUM o no hubiésemos puesto tantos palos en las ruedas, tendríamos más inversiones.
—¿Qué proyectos se habrían podido hacer mejor?
—Creo que ninguno, los hemos hecho con el dinero que hemos tenido y con las posibilidades que teníamos. El Mercat Central el más complejo, el más difícil de todos, ha sido la inversión más grande del ayuntamiento, 47 millones de euros. Los paradistas están vendiendo un 20% más. Funciona muy bien, lo indica la asistencia de los compradores. Se ha dinamizado el entorno comercial, que es el efecto que buscábamos.
—Tarragona, cuarta ciudad más insegura del Estado, según el Ministerio del Interior.
—Estas estadísticas se pueden leer de dos maneras, lo importante no es si eres la cuarta o la novena, sino la evolución. Tarragona ha crecido un 9,2% en hechos delictivos. Los graves como asesinatos, violaciones, homicidios, y hurtos en viviendas han bajado. Han crecido los pequeños hurtos, la gamberrada de romper los cristales de los coches y los delitos en internet. En Gerona ha crecido un 22%, en Lérida un 13% y en Barcelona 17%. Evidentemente tenemos que mejorar cosas, pero la seguridad ciudadana es competencia de los Mossos d'Esquadra. La Guardia Urbana acompaña y complementa a los Mossos. Los mossos podrían también mejorar algunos aspectos.
—¿Cuál es su propuesta estrella?
—El bus gratuito y querría hacer una pregunta a la oposición. ¿Estarían dispuestos a volver a aumentar el 25% de descuento? El otro día propuse un puente de peatones encima del río Francolí que ligue la avenida Roma con Icomar para que el acceso con el centro sea con seguridad y para los peatones también con carriles bici. Transformaremos la calle Unió, la plaza Prim y las calles Apodaca y Reial que tendrán más espacio para los peatones para incrementar el comercio y reforzar la Illa Corsini. La calle del Mar será una pequeña rambla, cuando hayamos sacado las dos vías del tren.
—¿Se ha presentado el proyecto al Ministerio de Fomento?
—Hablamos con el secretario de Estado hace un mes y medio en Madrid y el señor Saura (Pedro Saura) nos dijo que podríamos hablar porque son dos vías que no se utilizan. Creo que es perfectamente viable y ellos también lo ven así. La Part Baixa ganaría la mirada al mar y respiraría un poco de dignidad también.
—¿Es partidario de limitar el espacio del coche al centro de la ciudad?
—Para hacerlo, antes tienes que dar facilidades como el bus gratuito y los parkings disuasivos del entorno. Hemos hecho tres, nos faltaría encontrar un parking disuasivo más viniendo de Lérida, de la carretera de Valls.
—¿Y crear una zona de bajas emisiones como en Madrid?
—Sí, pero no como en Madrid. Antes, tienes que dar facilidades al ciudadano para que se mueva en transporte público gratuito o a muy bajo precio o permitir que los aparcamientos cuesten un euro al día como máximo. Me encantaría una rambla de peatones.
—¿Sin coches?
—Me encantaría, de hecho París está haciendo pruebas, cierra los grandes bulevares durante los festivos.
—¿Lo hará eso?
—Sí, sí, seguramente lo haremos. Pero insisto, antes tienes que dar alternativas al ciudadano.
—La cesión del Palau de l'Anella parece interminable.
—El 27 de mayo nos reuniremos con el señor Figueras (Gerard Figueras, secretario de Esport de la Generalitat). Lo habría querido hacer antes, pero él no pudo. Entre la Generalitat y Ayuntamiento hay acuerdo total. El pabellón tiene que pasar al Ayuntamiento. Hace falta que los técnicos de Patrimonio y los nuestros se pongan de acuerdo para saber cómo se hace jurídicamente. Cada Vez que necesitamos el pabellón, la Generalitat nos lo cede.
—Si finalmente va a juicio por el caso Inipro, ¿seguirá como alcalde si es reelegido?
—No me imagino ir a juicio. Soy inocente, demostraré mi inocencia hasta el final como he hecho hasta ahora. En el expediente no ha salido nada más que lo que se dijo al principio. Yo firmo unos decretos previos al informe del interventor y el secretario general. No he cometido ni ninguna ilegalidad ni he participado en nada que sea legal.
—Si no es el próximo alcalde, ¿seguirá como concejal?
—No me lo imagino (ríe) de verdad, ni me lo imagino.
—¿Qué hará para evitar los desprendimientos en el patrimonio? Parece que cada vez hay más.
—No, hay los mismos que toda la vida, en los edificios antiguos siempre hay un pequeño desprendimiento. El último fue en el Hort del arquebisbe y de eso hace 15 años. Somos muy exagerados, cuando cae una piedrecita, enseguida bloqueamos y ponemos una red porque es verdad que puede haber un accidente. La muralla hoy está infinitamente mejor de lo que hace 12 años. Los puntos más débiles están perfectamente controlados y saneados. Los técnicos analizan el Anfiteatro, se consolidó el puente del diablo.
—¿Le gustaría ver a los presos políticos catalanes defender sus ideas desde el Congreso y del Senado?
—Eso lo tiene que decidir la justicia. Me habría gustado que no hubieran tenido esta larga prisión provisional. Me parece una barbaridad.
—Todavía no se sabe si podrán ejercer como diputados.
—Lo tiene que decidir la justicia. Igual que digo que la justicia no se meta con la gestión municipal, soy muy respetuoso con los procedimientos. Evidentemente me gustaría que todo el mundo tuviera las posibilidades de explicarse y de expresarse.