De Tarragona a Ludwigshafen
«Hay silencio en la calle y en los autobuses y en el tren la gente no habla nada»
Raúl Maestro está en Alemania trabajando en BASF y destaca su sorpresa, entre otras, que «la cerveza es más barata que el agua»
—¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?
—Después del Bachillerato, empecé a estudiar Ingeniería Química a la universidad Rovira y Virgili. Me pasé un par de años con la carrera, pero no me acababa de gustar y quería seguir estudiando alguna cosa relacionada con la química. Finalmente, encontré el curso dual de la BASF en el Compte de Rius para trabajar en Alemania y decidí hacerlo.
—¿Qué motivos le llevaron a marcharse de casa para ir a vivir al extranjero?
-—La promesa de trabajo seguro fue la principal razón. Además, vivir en el extranjero sonaba como una experiencia exótica y me aventuré.
-—¿Cuál fue su primera impresión del país al llegar?
—La primera impresión cuando llegué fue que vivir allí no era tanto caro como lo había imaginado. Ludwigshafen no es mucho más caro que Tarragona, aunque la cerveza está más barata que el agua.
—¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?
—No me pareció un cambio demasiado sorprendente, más o menos comolo había imaginado.
—¿Cuáles son las principales diferencias entre Ludwigshafen y su casa?
—Los horarios son completamente diferentes. Aquí las personas se levantan más temprano y se van a dormir más pronto. Comen y cenan mucho más pronto. Por ejemplo, entre las once y media y las doce del mediodía ya hacen cola en la cantina para comer. Con respecto a la comida, ellos utilizan las salsas y las especies en cantidades mucho mayores, haciendo que, a veces, la comida esté demasiado cargada. También se puede apreciar una diferencia de conducta a la calle de los peatones y al transporte público. Por ejemplo, en Tarragona el ruido en la calle es más normal y la gente habla sin ningún problema en los autobuses. En cambio, en Ludwigshafen, hay más silencio en la calle por parte de los peatones y en los autobuses y en el tren la gente no habla nada.
—¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?
—Aunque no sea un lugarturístico, el site de BASF en Ludwigshafen me impresionó mucho la primera vez que estuve allí. Es como una ciudad, hay muchísimas fábricas, las cantinas son mucho grandes, incluso tiene sus líneas de buses.
—¿Qué destacaría de la forma de trabajar del país? ¿Las conductas son similares o diferentes a las del Estado español?
—Diría que los trabajadores tienen una actitud más seria. Con eso quiero decir que los alemanes no hacen tantas bromaso hablan tanto durante el trabajo como los españoles.
—¿Cómo se está viviendo la crisis en su país de residencia?
—En Alemania se están encontrando que no hay gente para los trabajos podríamos decir más manuales, como electricistas u operadores de planta, por lo tanto, buscando trabajadores en todas partes.
—En estos momentos en que las cifras de paro en España no paran de crecer, cree que el país donde vive actualmente es un buen lugar para que los más jóvenes puedan buscar y encontrar trabajo?
—Sí, creo que es una buena idea buscar trabajo no sólo en Alemania, sino en cualquier país. Aprender un nuevo idioma puede ser difícil, pero te permite abrir puertas por todas partes.
—¿Qué es lo que más echa de menos de casa?
—Sin duda la cocina. Aquí la cocina puede llegar a estar un poco cargada de sabores y yo no soy muy buen cocinero.
—¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?
—Me gustaría que la gente no fuera tan ruidosa en los transportes públicos y tuvieran más de cuidado con los demás.
—¿Tiene intención de volver pronto o de momento no?
-—Todavía no me he estado demasiado tiempo, así que de momento no tengo intención de volver.