La apuesta de Ricomà (ERC): un gobierno «republicano» con En Comú Podem
Ballesteros (PSC) es partidario de gobernar en solitario y Viñuales (C's) intentará evitar «por responsabilidad» un gobierno independentista
La imagen de Tarragona, como ciudad que resiste los embates del independentismo, podría pasar a la historia si Pau Ricomà (ERC) consigue hacer realidad sus planes. La apuesta del candidato republicano –que hace dos días consiguió los mejores resultados de ERC en la ciudad desde la reinstauración de la democracia– es clara: un gobierno «republicano» con Junts per Cataluña, la CUP y en Comú Podem Tarragona. Después de 12 años de gobiernos socialistas en la plaza de la Font, Tarragona podría tener un gobierno de mayoría independentista.
Lo dejó claro la madrugada del lunes, instantes antes de brindar con cava en la sede de ERC y lo volvía a repetir ayer. «No contemos con el PSC. No nos gusta la manera con que Ballesteros ha llevado la ciudad», explicaba a este diario Ricomà, que reprocha al alcalde socialista «no haber intentado un gobierno de izquierdas» en el último mandato. «Hay cuatro partidos comprometidos con los valores de la República como la transparencia», añadía sobre los 14 concejales que sumarían ERC, JxCAT, la CUP y En Comú Podem.
Mientras Ricomà cierra la puerta a pactar nada con el PSC, el alcalde en funciones, Josep Fèlix Ballesteros, extiende la mano a todos los partidos para empezar a hablar de posibles acuerdos. En declaraciones a Catalunya Ràdio, el alcalde socialista no descartaba un gobierno en solitario. Dice Ballesteros que ya lo hizo en el 2011, cuándo Ciu y el PP estuvieron a punto de pactar para echarlo de la alcaldía.
Muchas cosas han cambiado desde 2011, especialmente con respecto al contexto político en Cataluña y en pleno juicio en el Tribunal Supremo de los líderes del Procés. Una coyuntura que podría facilitar un acuerdo entre las fuerzas independentistas. La coalición d'En Comú Podem, liderada por Carla Aguilar podría ser clave en este sentido. De momento, la número 1 que evita, de momento, hacer comentarios sobre posibles pactos, celebraba ayer los resultados del 26-M después de conseguir dos concejales. «El escenario municipal ha cambiado y tendremos que ver qué equilibrios se producen», señalaba ayer Aguilar. ECP dobló el escaño de ICV, partido que integra la coalición de izquierdas. Hemos sido capaces de ilusionar de nuevo a la gente con una apuesta nueva, ciudadana, municipalista y joven», valoraba ayer a la futura concejala.
La concejala socialista Begoña Floria ponía énfasis, ayer, en que el PSC ganó las elecciones. A pesar de empatar con siete concejales con ERC y el margen estrecho de unos 500 votos, Floria cree que la «legitimidad» para formar gobierno está en manos de Ballesteros. A pesar de todo, la actual concejala de Cultura en funciones, no escondía su preocupación por un pacto entre independentistas. Un «pacto a la contra», según Floria, y un «error» que sólo perseguiría, dice, «echar a Ballesteros». Después de una campaña en que Ballesteros equiparó la CUP y Vox, vetando cualquier diálogo con estas formaciones, el PSC se abre a hablar con todo el mundo, también con los anticapitalistas.
La estelada en el balcón
Ciudadanos es, quizás, el grupo político más preocupado por la formación de un posible gobierno independentista. «Lo primero que harán es colgar la estelada en el balcón», afirmaba ayer su candidato, Rubén Viñuales. Ricomà descartaba que los símbolos entren dentro de su «prioridad». «Yo ya llevo el lazo amarillo en la solapa», explicaba el republicano quién se felicitaba por haber conseguido «romper los estereotipos» de ERC en los barrios. «Los de ERC no somos nacionalistas, sino nacionales. Tenemos la primera concejala latinoamericana del Ayuntamiento», añadía.
Viñuales apuntaba a la «baja participación» (62,75%) para justificar los resultados de Cs que se mantiene con 4 concejales, a pesar de ganar 1364 votos. «El votante independentista siempre votó, tenemos que movilizar más a nuestro electorado», se lamentaba. «Por responsabilidad tenemos que intentar evitar un gobierno independentista», afirmaba. «Veremos qué hace En Comú Podem porque, a veces, las dinámicas de poder son extrañas», avisaba.
Quien también se queda con los mismos ediles que el 2015 (3) es Junts per Tarragona. El candidato Dídac Nadal declinó ayer valorar los resultados de su partido ni comentar ningún posible escenario.
Desde la CUP, Laia Estada, hacía una «lectura positiva» después de conseguir a dos concejales, los mismos que hace cuatro años. «Ha habido un voto útil para echar a Ballesteros, hay posibilidad real de cambio», pronosticaba. Como los comunes, los cupaires se reunirán en los próximos días en asamblea para decidir las estrategias de cara a las negociaciones con el resto de formaciones. «No podemos hablar de líneas rojas ni imponer nuestro proyecto político», explicaba la portavoz de la CUP. Estrada descartaba un pacto entre ERC y el PSC porque, dice, «sería traicionar el voto que ha conseguido Pau Ricomà prometiendo que echaría a Ballesteros».
Esta redacción intentó, sin éxito, contactar con el número 1 del PP, José Luis Martín.