«He visto que, musicalmente, los niños y yo conectamos fácil»

—Llega a Tarragona en una gira que le lleva a salas y festivales de toda España y también al otro lado del Atlántico. ¿Había actuado alguna vez para un público familiar? ¿Lo acondiciona de alguna manera?

—No recuerdo haber dado un concierto pensado principalmente para público familiar, aunque alguna vez sí que he visto que vienen padres con niños pequeños. No me acondiciona mucho, porque no hago unShow +18, pero quizás sí que me hace gracia dedicarlo un poco más a los pequeños.

—Sus canciones son vitales, coloristas y luminosas. ¿Creu conectan bien con el público infantil?

—Eso he oído algunas veces. Supongo que debe haber una parte de razón. Yo no tengo niños, pero sí que he visto que, musicalmente, conectamos fácil. Tampoco soy un artista que sienta rechazo a la terminología infantil, hay cosas que me encajan, así que quizás hablamos el mismo idioma en muchas canciones.

—¿Compone su música pensando en un tipo de público en concreto?

—No, nunca. La hago para mí.

—¿Qué lo convenció de actuar en un festival como el Minipop?

—El hecho de que fuera un concierto diferente fue importante. También que estuviera en Tarragona, donde hace bastante que no toco, y no me gusta la idea de que pase tanto de tiempo sin ver a este público. El factor niños también es divertido.

—¿Cómo será el concierto que podremos ver el sábado en Tarragona?

—Todavía no he pensado en el giro que le puedo dar, pero supongo que lo caricaturizaremos un poco más del normal. Quizás vistiéndonos un poco diferente y preparando muchas historias para explicar sobre el significado de las canciones. También trabajaremos con la selección de canciones.

—Es un músico que también cuida mucho el aspecto visual. ¿En el paseo de les Palmeres veremos

también todo aquello que ya se ha definido como «El universo Sadness» (ambientación tropical, estampados y colores, fruta, playa, el ukelele...)?

—Hay diferentes grados de galactropicalismoal que podemos llegar, depende de muchas cosas. Por ejemplo, de como de grande sea el escenario, o el presupuesto para llevar cosas enormes... Tengo que acabar de estudiarlo, ¡pero seguro que habrá magia!

—Como acaba de explicar, se define como un cantante ‘Galactropical’. ¿Qué quiere decir, este concepto?

—En la primera entrevista que hice con mi segundo disco, La Idea Salvaje, me preguntaron cómo definiría mi estilo, y fue la primera palabra que se me ocurrió. En todas las entrevistas siguientes, me decían «eras un artista que se define como...». Así que ya me la quedé. Creo que es una manera sencilla de sacarme esta pregunta de encima, porque son dos elementos que se encuentran bastante a menudo en mis canciones.

—‘Diferentes tipos de luz’ es su último trabajo, que llega a Tarragona precedido de un éxito abrumador, no sólo en España, sino también en América Latina. ¿Cómo está viviendo esta gira?

—El disco salió hace poco más de un año y la verdad es que me ha llevado a más sitios que nunca. Justo llegamos de Ecuador, donde fuimos a ver qué pasaba con un pequeño acústico, y hemos acabado haciendo tres fechas con todo vendido. Es sorprendente como nos está recibiendo el público latinoamericano, me siento muy agradecido. Hacemos festivales en España, pero también en Colombia, México, Perú... Siento que las canciones se han vuelto globales y que conectan allí donde se habla castellano. Es una suerte.

—Cuando estás arriba del escenario y cantas canciones como ‘Creo que té quiero un poco’ o ‘Amor Papaya’, ¿te llegan las buenas vibraciones que se generan entre el público? ¿Cómo es este retorno?

—Sí claro está, son las divertidas. O con Miss Honolulu. Enseguida se nota que la gente tiene ganas de cantarlas y bailarlas, hay muchas sonrisas y muchas miradas de complicidad con algunas de las frases. Es una cosa que nos pone de buen humor.