Diari Més

El Minipop enamora

La novena edición del festival llena el paseo de las Palmeras de alegría y amor por la música y la cultura, agotando entradas y cautivando a un público fiel y entregado

Carlos Sadness actuando en el Minipop.

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El Minipop ha llenado una vez más el paseo de las Palmeras de alegría y amor por la música y la cultura. En su novena edición, el festival ha conectado con un público muy fiel y entregado, que ha agotado todas las localidades con días de antelación y se ha dejado llevar por las actuaciones musicales, la poesía, el teatro, los talleres creativos, los juegos o el cine.

Los tres días de festival llenos de propuestas de todo tipo se han traducido en momentos memorables de auténtica felicidad, como constatan los comentarios y fotografías en las redes y las palabras bonitas y espontáneas que el público ha dedicado al equipo Minipop.

«Gracias para organizar esta maravilla, nos ha encantado, cada año os superáis»; «el año pasado fue apoteósico pero este todavía lo hemos vivido más intensamente, es brutal y bonito, está como entrar en una isla mágica»; «Se para el tiempo y te olvidas de todo para dedicarte a pasártelo bien,» o «no dejeis de hacerlo, volamos muchos más». Son sólo algunas de las impresiones que se han recogido en las taquillas o en el minibar.

Una vez más mayores y pequeños han disfrutado de esta cita imprescindible de la agenda cultural y han salido del recinto enamorados de los nuevos descubrimientos musicales, la creatividad de los artistas plásticos o el universo infinito de Yayoi Kusama.

El Minipop arrancó el viernes con el pop de guitarras melódico de Nyandú. A media tarde, el esperadísimo Quimi Portet llenó al pista de fans que corearon todas las canciones en uno de los momentos más masivos del viernes. Islandia Nunca Quema desplegó su elegancia jugando en casa y Xarim Aresté hizo caer la noche con un directo memorable pleno de emociones y electricidad.

El sábado las canciones breves, urgentes y sin filtro de las Rombo abrieron la tarde de la mejor de las maneras. A continuación Germà Aire sorprendieron todo el mundo con su propuesta onírica y atrevida, con versión de Lucio Battisti incluida. Acto seguido Invisible Harvey pusieron el toque preciosista y de calidad con el gran Dimas haciendo de maestro de ceremonias.

Justo cuando el sol se ponía, El Petit de Cal Eril transformó el festival en un espacio íntimo lleno de canciones soñadoras en un concierto mágico y difícil de olvidar. Lo que pasó acto seguido se hace difícil de explicar. Carlos Sadness revolucionó el Minipop con el récord de asistencia de todas las ediciones del festival. Sus canciones colorides y tropicales fueron coreadas para más de 3.000 personas entregadas, mientras fuera del festival se reunía la gente que no había podido entrar. Una vez digerida la apoteosis de Carlos Sadness, los Yawners aportaron la dosis de electricidad y contundencia para poner el mejor punto y final a la jornada más concurrida de todas las nueve ediciones.

Como siempre, el domingo la mañana ha empezado con teatro. El Misteri de l’Interior de Mr Spark ha sorprendido al público con una mezcla de circo y teatro físico, mientras el fantástico bosque animado de la compañía Toc de Gresca se ha paseado por el festival intentando encontrar un lugar donde arraigar. En el escenario, El Pèsol Feréstec ha estrenado el Exemple dels Ocells y ha organizado el primer baile de sardanas del festival. El Minipop ha acabado con una sesión de Dj de britpop de la mano de la ilustradora y realizadora Marta Puig (Lyona), muy conocida por sus libros de monstruos y por los videoclips de artistas como Carlos Sadness y Love of Lesbian.

Durante los tres días el Espacio de Talleres ha ofrecido propuestas originales y creativas para compartir en familia, el Espacio Bebé de Tecletes ha sido una burbuja de tranquilidad, de juegos y experimentación para los más pequeños y el Espacio Cinema ha transportado al público a Japón con la colaboración del Festival Nits de Cinema Oriental de Vic y el Restaurante Sapporo. Además, como novedad, el sábado la Silent Disco triunfó con sesiones en directo.

El Minipop es un festival pensado para todos los públicos, que parte de la base que la música y la cultura no tienen edad. Lo único que hay que adaptar los horarios y el espacio para que todo el mundo si pueda sentir cómodo. Este año al festival ha entrado desde un bebé de 3 semanas hasta cuatro señoras centenarias y todos han encontrado su espacio para pasar un buen rato con su familia.

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