Iglesia
La Catedral se llena para dar la bienvenida a Monseñor Joan Planellas
El clérigo gerundense ha sido ordenado Arzobispo de Tarragona en una misa solemne
Joan Planellas es el nuevo arzobispo de Tarragona. El clérigo gerundense ha sido ordenado en una misa solemne este sábado en la Catedral de Tarragona. La ceremonia oficiada por el cardenal-arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella, ha reunido a más de 2.000 personas, entre fieles, clérigos y autoridades. En la ordenación, que se ha alargado casi tres horas, Planellas ha expresado que es un motivo de «gran joya» convertirse en el nuevo líder de la archidiócesis de Tarragona a pesar de sentir, ha dicho, un «poco de temblor». En su intervención, el arzobispo ha afianzado su compromiso para «encarar las problemáticas pastorales» de la Iglesia a través de la «unidad» de las diócesis.
El nuevo arzobispo ha sido recibido por las autoridades en la entrada de la Catedral de Tarragona y después de prometer las disposiciones, las costumbres y los ordenamientos de la Iglesia con los santos evangelios, ha enfilado entre aplausos hacia la capilla de Sant Fructuós. Acto seguido, el arzobispo emérito, Jaume Pujol, le ha dirigido unas palabras de bienvenida. Después de varias lecturas, cantos y del evangelio, se ha procedido a su ordenación.
Respondiendo a varias preguntas del arzobispo de Barcelona, Joan Planellas ha prometido presidir el ministerio episcopal tarraconense y se ha tumbado en el suelo del altar mientras los clérigos han rogado con cantos. En el ordenamiento, los obispos han impuesto las mandas sobre la cabeza de Planellas y el libro de los evangelios. Arrodillado ha recibido las insignias como el anillo, la mitra y el báculo. Una vez completada la ordenación se ha dirigido y sentado en su cátedra.
La ceremonia ha continuado con la liturgia de la eucaristía y el rito de la comunión. Finalmente, el nuevo arzobispo se ha dirigido a los feligreses y a los 247 presbíteros, diáconos y seminaristas, con un discurso mayoritariamente en catalán, aunque también ha usado el castellano y el francés. Planellas ha confesado que ha aceptado con «un profundo gozo este regalo inmerecido que viene de este extraordinario predecesor en la sede de Fructuós».
En su discurso, Planellas ha afirmado que es «una anilla más en la cadena de la sucesión apostólica que arranca de la estancia de Pau a nuestra ciudad». Además, ha añadido que es «consciente» de que hoy, en nuestra casa, no se pueden encarar «las problemáticas pastorales en el marco exclusivo de la Iglesia local». Así, ha dicho que «la unidad pastoral de las diócesis con sede en Cataluña es un dato esencial, que exige un trabajo de conjunto, más allá de los planteamientos estrictamente diocesanos».
Delante de eso, ha señalado que como primado de la Tarraconsense le tocará «cumplir con espíritu de servicio y de humildad este cometido». También ha subrayado que apuesta por un «diálogo abierto» con el resto de religiones y con el mundo científico, el universitario, el de la cultura y el de los medios de comunicación.
Entre las autoridades presentes había la consellera de la Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó; el delegado del Govern en Tarragona, Òscar Peris; el alcalde en funciones de Tarragona, Josep Fèlix Ballesteros y el subdelegado del gobierno español, Joan Sabaté, entre otros.
Con respecto a los eclesiásticos, han asistido a la misa el arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Riacardo Bláquez, los abades de Poblet y Montserrat y el abad del Monasterio ortodoxo de Saint Nicolas de la Dalmerei (Francia).