Sociedad
Dimite toda ja Junta de la AA. VV de SPiSP por quejas vecinals y la falta de ayuda del consistorio
Luis Trinidad abandona la entidad cinco años después de asumir la presidencia y suspende todas las actividades que la asociación había organizado para el verano
Cinco años después de asumir la presidencia de la Associació de Veïns de Sant Pere i Sant Pau, Luis Trinidad ha dicho basta. Cansado de las quejas de una parte de los vecinos a raíz de las actividades que organiza la entidad y el «poco apoyo» del Ayuntamiento, Trinidad ha dimitido, junto con el resto de miembros de la Junta.
«Necesitamos descansar. Estamos decepcionados», explica este vecino. «Hace daño cuando te critiquen por las redes sociales después del trabajo que hacemos que nos priva de estar con la familia», insiste. Trinidad lamenta que la administración municipal no facilita la organización de acontecimientos y apunta a unas exigencias de permisos muy estrictos por parte del Ayuntamiento. «Organizar cualquier cosa es difícil y un quebradero de cabeza. No nos sentimos apoyados», señala Trinidad. La gota que ha colmado el vaso ha sido, según explica, la dificultad que tuvo la entidad en organizar un concierto de música electrónica celebrado el pasado sábado 29 de junio en el marco de la fiesta mayor que organiza la asociación, una de las dos entidades que hay en el barrio.
Algunos vecinos cargaron contra la entidad por la suciedad en forma de botellas de cristal rotas y restos de comida que un grupo de jóvenes dejaron en la calle después de la fiesta. «Me sabe muy mal si alguien no se comportó pero no es culpa nuestra lo que pasó fuera del recinto», se justifica.
A diferencia de los dos años anteriores, y para mejorar la accesibilidad de asistentes y perjudicar lo menos posible al vecindario, la entidad trasladó este año el concierto de Loca Fm al antiguo parking de camiones, ahora en desuso. La asociación se gastó unos 6.000 euros entre personal para controlar los accesos, un proyecto acústico de la zona, servicio higiénico y una ambulancia de bomberos –que no tuvo que actuar– para prevenir cualquier incidente que se pudiera producir. La fiesta se desarrolló con normalidad exceptuando que, al inicio, decenas de jóvenes invadieron una de las carreteras adyacentes a la fiesta, motivo por el que la Guardia Urbana se vio obligada a cortar cuatro calles. La entidad también pidió al Ayuntamiento cortar las calles, pero el consistorio trasladó a la Guardia Urbana que no era necesario.
A pesar de las críticas vecinales, Trinidad ha recibido un alud de comentarios positivos y de agradecimiento por el trabajo hecho a favor del barrio. La entidad cuenta con un grupo muy activo en Facebook donde los vecinos expresan su opinión sobre múltiples temas. Desde la entidad piden más apoyo logístico y económico por parte del Ayuntamiento a la hora de organizar actividades y que el consistorio ponga parte de los recursos necesarios. «Nos piden muchos trámites y permisos, pero ellos no hacen su trabajo», asegura. Un día antes, la entidad todavía no tenía la confirmación para poder realizar el concierto, explica. Durante la crisis económica, el Ayuntamiento recortó un 60% las subvenciones a las asociaciones de vecinos, una situación que todavía no ha revertido.
Sin actividades de verano
La asociación celebrará nuevas elecciones en octubre para escoger a un nuevo presidente. Mientras tanto, todas las actividades que la entidad había previsto durante el verano quedan canceladas. Las sesiones de cine al aire libre no verán la luz, aunque la entidad ya había adquirido un proyector. Tampoco se organizará una fiesta familiar con castillos inflables y juegos de agua, una paellada popular y la tradicional fiesta del socio que la entidad celebra cada verano.
Las numerosas reivindicaciones del barrio más poblado de Tarragona (16.207 habitantes) también quedan, de momento, aparcadas. El barrio está pendiente de la construcción de un gimnasio municipal, de la reforma de la plaza Catalunya y la remodelación de la plaza de la Sardana.
La entidad también quería pedir al consistorio que organizara cursos de reanimación cardiovascular y la instalación de un aparato de reanimación en la sede del local. Un proyecto, sin embargo, que también queda paralizado a la espera de que se incorpore un nuevo equipo que gestione la asociación.