Suspendido el juicio por presuntas amenazas de muerte en un acto de Vox

El juicio que se tenía que celebrar ayer, jueves, en la Audiencia provincial, por una denuncia por presuntas amenazas de muerte proferidas en los prolegómenos de un acto de Vox en Bonavista, fue suspendido por la jueza por segunda vez a petición de los abogados de la persona que la presentó.

Los hechos que se tenían que juzgar sucedieron el 17 de noviembre del año pasado, cuando Òscar Cid y Manolo Cabrera se encontraban en un bar próximo al establecimiento donde el partido ultraderechista tenía que hacer el acto. En los prolegómenos, se vivieron momentos de tensión entre partidarios de Vox y varios independentistas que se encontraban en los alrededores.

Según trascendió, cuando Cid y Cabrera se sentaban en la terraza de un bar un grupo de unas diez personas que participaban en el acto de Vox los increparon y afirmaron que los dos denunciados los amenazaron e, incluso, que uno de ellos mostró un arma. En su día, Cid manifestó, de forma irónica, que «es lo más sensato del mundo hacerlo delante de los mossos que estaban al lado».

Hacia las 11 de la mañana, Cid y Cabrera accedieron al interior del Palau de Justícia. Instantes antes, recibieron el apoyo de personas de Silenci Rebel·leu-vos y de representantes del colectivo Avis i Àvies de Reus per la República, que corearon la frase «no estáis solos». También les entregaron una camiseta donde se podía leer «Ni olvido ni perdón».

El abogado de Cid y Cabrera, Jordi Baiges, manifestó a esta redacción que «nosotros aportamos testigos y dos vídeos para su revisión», para demostrar que los denunciados «se encontraban tomando un cortado en la terraza de un bar y no gritaron contra nadie, mientras que otras personas sí que lo hicieron contra» sus clientes.

Baiges expresó su sorpresa por el hecho de que la acusación decidiera «pedir la suspensión del juicio porque dos testigos, agentes de los Mossos d'Esquadra no comparecieron». En la primera ocasión fue porque la parte acusadora no compareció, dijo. El abogado manifestó que «me he opuesto, porque había dos mossos más como testigos y habíamos aportado vídeos». «Ya es la segunda vez que la acusación pide la suspensión del juicio, cosa que es sorprendente», remarcó. El letrado mostró «mi enfado por la utilización de la justicia para casos que son tonterías y que no tendrían que estar en el Código Penal, porque no se trata ni de amenazas, y no se tendrían que malbaratar los recursos que esta tiene», dijo.