Un mes y medio de espera para hacer el exàmen práctico de conducir en Tarragona

La demarcación de Tarragona registra un mes y medio de espera para realizar el exàmen práctico para obtener el permiso de conducir. Se trata de un tiempo «excesivo», según la Associació Provincial d’Autoescoles de Tarragona. Sin embargo, el caso tarraconense no es el más grave. La situación se repite y se multiplica en Barcelona y Girona. La falta de examinadores ha «colapsado» el sistema de evaluación en Cataluña, por lo cual, las autoescuelas encenten una campaña para denunciar la situación.

Mañana hay convocada una manifestación para reclamar a la Dirección General de Tráfico (DGT) «soluciones inmediatas» ante la falta de examinadores y las listas de espera que, denuncian, llegan en algunos casos a los siete meses.

Con el lema «AutoSOScoles», las autoescuelas catalanas han convocado centenares de automóviles para realizar una «marcha lenta» entre las 10.30 horas y las 11.30 horas, mañana, en torno a la sede de la Delegación del Gobierno en Barcelona con el objetivo de «presionar» la DGT y el Ministerio del Interior para que «encuentren una solución». Según ha sostenido la organización en un comunicado, Cataluña cuenta desde hace cinco años con una bolsa permanente de 50.000 alumnos que se ven obligados a esperar entre seis y siete meses para examinarse de la prueba práctica de conducción. En Barcelona, esta bolsa llega a 40.145 personas, mientras que en Girona se reduce a 7.600, en Tarragona los tiempos de espera es de un mes y medio y Lleida es la única provincia catalana con una situación «normalizada», aunque también hay «falta de efectivos y un centro de exámenes cerrado».

«Un mes y medio es demasiado tiempo. Un alumno no puede esperar tanto. Hay alumnos a los que les caduca el examen teórico, que tiene una vigencia de dos años. Muchos se tienen que marchar fuera o tienen que esperar entre el teórico y el práctico porque no tienen bastantes recursos económicos y, cuando quieren examinarse del práctico, se encuentran con que corren el peligro de perder al teórico», dice Carles Oliver, presidente de la Associació Provincial d’Autoescoles de Tarragona.

«Hay una grave falta de examinadores en Cataluña. No quieren venir y creemos que el idioma no es un problema, sino más bien el nivel de vida, que es más alto», dice Oliver.

Las autoescuelas sitúan el origen de la problemática en el 2014, cuando se jubilaron muchos examinadores, especialmente en la provincia de Barcelona, que no fueron sustituidos por nuevos trabajadores por lo cual se generó un «desbarajuste» en las ratios. Este escenario empeoró –dicen– con la segunda huelga de examinadores, que se produjo en el 2017 y duró en torno a medio año, dejando «una bolsa de alumnos pendientes imposible de absorber». Desde entonces, muchas empresas han tenido que estar durando largos periodos paralizadas hasta dos días antes del examen, una situación que, aseguran, se ha ido dilatando cada vez más.

Es más, la FAC lamenta que sus solicitudes «no se resuelven y en ningún caso se ha hecho un plan serio con todas las partes implicadas, un objetivo concreto y definido y con los elementos personales, administrativos y examinadores necesarios para llevarlo a cabo».