Cosmética con doble compromiso

Desde finales del año pasado, en varios establecimientos especializados en productos Bio de la demarcación se puede encontrar cosmético de la marca Afrinatur. Detrás de esta marca hay dos emprendedores tarraconenses, Rolando Latorre y Marc Micola, que hace poco más de cinco años pusieron en marcha un proyecto con cooperativas de mujeres africanas con el fin de elaborar y comercializar cosméticos Bio y, a la vez, empoderar a estas mujeres.

«Yo viajo al África desde hace veinte años, pero fue el 2014 cuando Rolando y yo pusimos en marcha un negocio de exportación de alimentos en el continente. A raíz de eso empezamos a viajar más a menudo, y de esta manera fuimos conociendo cooperativas que hacían infinidad de cosas. Todo aquello nos enamoró», detalla Marc Micola. De este enamoramiento surgió la marca Afrinatur, que tiene como elemento estrella la mantequilla de karité. Este producto, igual que el aceite de baobab que también comercializa la marca, es un cosmético Bio y sin refinar, dos características que les confieren unas cualidades bastante excepcionales en el mercado: «Cuando buscábamos envasadores para los cosméticos nos encontramos con que todos nos proponían refinar el producto y desodorizarlo. Si haces eso, un 80% de las propiedades se pierden por el camino», dice Marco. En este punto, y empeñados como estaban a envasar respetando el producto original, resolvieron el obstáculo sumando, de paso, un nuevo valor añadido al proyecto. De esta manera, además del compromiso con las mujeres africanas, los dos emprendedores decidieron apostar por empresas catalanas del tercer sector para el envasado y manipulación de sus productos. Todo, manteniendo la calidad deseada y bajo el sello de la certificación Ecocert Cosmos Organic, que abarca desde los procesos que se hacen en el África hasta el envasado final.

El compromiso de Afrinatur se manifiesta también en el hecho de que importan sólo productos de cultivo ecológico, que no testan en animales, o que los envases son 100% reciclables. Además, su cosmética es apta para veganos.

«Hay empresas que se dedican a la exportación de productos desde África, y se lo podríamos haber comprado a ellos, pero no queríamos comprar el karité de esta manera. Por precio, son mucho más competitivos, pero de la manera que lo hacemos nosotros, detrás hay los nombres y apellidos de las mujeres que trabajan el producto en el África», añade.

La mantequilla de karité y el aceite de baobab de Afrinatur se pueden encontrar en establecimientos como Santiveri o la Espiga de Oro, y también se venden a través de Amazon. Sus impulsores aseguran estar bastante satisfechos con la acogida, aunque se encuentran con que tienen que hacer «mucha pedagogía», porque el cliente no está acostumbrado a unos productos tan puros: «Como no está refinado, el aceite de baobab se solidifica por debajo de los 18ºC. Por este mismo motivo nuestro karité no es blanco ni tampoco es inodoro: el karité tiene que ser amarillo y oler».