Condenan la TAP a no hacer más conciertos ni fiestas nocturnas por exceso de ruido

La Tarraco Arena Plaça (TAP) no podrá organizar más conciertos por la noche ni fiestas nocturnas si no hace obras de mejora para evitar superar los límites de ruido permitidos. Lo ha ordenado una sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo número 2 de Tarragona del 9 de mayo en que ordena al Ayuntamiento de Tarragona que se cese la actividad ante las «emisiones que provocan ruidos, desórdenes, gritos y grupos electrógenos» de la TAP entre las nueve de la noche y las siete de la mañana. Unos vecinos de los alrededores del equipamiento pusieron una demanda en septiembre del año pasado y el juez también estima que tiene que ser indemnizado con 3.000 euros cada uno. El consistorio ya ha dicho que acata la sentencia y que no se darán conciertos en el horario establecido por el juez.

Aunque el equipamiento es propiedad de la Diputación de Tarragona, la demanda iba dirigida al Ayuntamiento porque es el consistorio quien tiene que velar por el cumplimiento de la normativa de ruido. El abogado que ha defendido a los vecinos, Joaquim Martí, ha señalado que el anterior concejal de Urbanismo, Josep Maria Milà, «reconoció en sede judicial en febrero que la TAP no estaba preparada para dar conciertos» y ha lamentado que el consistorio ha tenido durante «diez años expedientes sancionadores en los cajones». Además ha asegurado que durante el juicio «el ministerio fiscal fue muy duro contra el Ayuntamiento» y ha advertido que si el consistorio no hace cumplir la sentencia pondrán una demanda que podría hacer que miembros del equipo de gobierno incurrieran «en un delito de desobediencia».

Para Martí la solución pasaría porque que la TAP hiciera mejoras en la insonorización, la iluminación y la climatización. Una de las molestias que denunciaron los vecinos es que para llegar a la potencia eléctrica necesaria para dar un concierto de grandes dimensiones en algunas ocasiones se contrataban grupos electrógenos que se instalaban al aire libre y que por la noche hacían mucho ruido. También, en verano especialmente, a raíz del calor que se acumula en el interior del recinto, se abría la cúpula retráctil, por donde se marchaba el sonido, que se oía a decenas de metros.

El Ayuntamiento asume la situación

El portavoz municipal, Xavier Puig, ha explicado este jueves que cumplirán la sentencia y que no pondrán recurso. Ha apuntado también que ya han reclamado a la empresa gestora del equipamiento, APIC, que cumpla el horario de prohibición establecido por el juez. Además ha apuntado que el Ayuntamiento requirió «en varias ocasiones que se trabajara con el tema del sonido a raíz de las quejas de los ciudadanos» y ha recordado que se pusieron dos expedientes sancionadores porque se hicieron dos fiestas sin «la licencia oportuna».

Puig también ha instado todas las partes a buscar una solución «para un problema que afecta a la ciudad». «Necesitamos espectáculos que puedan servir en horario de concierto y necesitamos respetar el descanso de los vecinos», ha expuesto.

Otra de las partes implicadas, la Diputación de Tarragona, propietaria de la TAP, ha asegurado que por ahora no tienen constancia de la resolución judicial, y que cuándo la reciban lo estudiarán.