Sociedad
Aumentan las personas que duermen en las playas de Tarragona
Esta práctica, prohibida por el Ayuntamiento, tiene lugar al Miracle, Cala Fonda, Cala Becs y Savinosa y en el bosque de la Marquesa
Plantan tiendas de campaña en la arena y se estan una o dos noches. También se instalan en bosques próximos al mar. Esta práctica, ilegal según la normativa municipal del Ayuntamiento de Tarragona, no es un fenómeno nuevo y se repite en diferentes playas de la ciudad. No obstante, la presencia de estos turistas, generalmente catalanes, se ha incrementado este verano en Tarragona.
Los trabajadores del servicio de la limpieza son los primeros que se encuentran estas tiendas cuando, a primera hora de la mañana, a las 4.30 horas, recogen la basura de la arena. Como encargado de Serveis a Tarragona de Fomento Construcciones Contratas (FCC), Alex Ruiz conoce de primera mano el fenómeno. «Se está incrementando poco a poco, pero la Guardia Urbana trabaja para eliminarlo», explica.
Al menos cuatro playas concentran estos grupos reducidos de personas que acampan en la arena: Miracle, Cala Fonda (Waikiki), Cala Becs y la Savinosa. Los profesionales de la limpieza también se tropiezan consigo con tiendas de campaña de lona instaladas en los alrededores del bosque de la Marquesa. En todos los casos avisan a la policía municipal de que tiene la obligación de desalojarlos de la playa. Algunas personas también optan por dormir en el raso con un saco de dormir.
Acampar en las playas de la ciudad está prohibido tal como indica el artículo 139 de la Ordenanza General de Convivencia Ciudadana del Ayuntamiento. «Se entenderá por acampada la instalación de tiendas de campaña o de vehículos o remolques habitables. Quien vulnere las mencionadas prohibiciones tendrá que desalojar de manera inmediata a requerimiento verbal de los agentes de la autoridad sin perjuicio de las posibles sanciones que se deriven», dice la ordenanza.
La presencia de estos bañistas es irregular. «Hay días que te encuentras con dos personas y otros con cinco o seis», señala Ruiz.«Hay de todo, algunos doblan las tiendas por la mañana y se instalan en la playa como un bañista más, sin embargo, otros, dejan la tienda todo el día». Aunque una patrulla de la Guardia Urbana pasa por las playas a las 8 horas y los echa, la mayoría vuelven al mismo sitio La mayoría de estas personas son catalanas, turistas que optan por esta práctica porque no supone ningún gasto económico de alojamiento. En el bosque de la Marquesa, donde está prohibido acampar y hacer fuego, ya que es un espacio protegido, los turistas utilizan habitualmente pequeños fogones de gas, peligrosos en esta zona forestal frondosa y seca.
En la playa de la Savinosa, las tiendas se acostumbran a ubicar en la zona próxima a la playa de Capellans. En Cala Fonda, conocida como Waikiki, también hay gente que pasa el fin de semana cuando se pueden concentrar hasta cuatro tiendas. Entre semana, la presencia de estos turistas se reduce hasta las dos tiendas.
Más sin techo en el Miracle
En los alrededores de la playa del Miracle conviven algunas personas que duermen en tiendas de campaña con los numerosos sin techo que recientemente se han instalado en la plataforma, que está cerrada al público. Estos días, se reúnen hasta una veintena de personas, una cifra superior a la de años anteriores, según explica Ruiz. Policía y profesionales de la limpieza realizan actuaciones conjuntas para limpiar el espacio por motivos de salubridad e higiene. Algunas personas hacen sus necesidades el mismo sitio y también cocinan con fogones. Ruiz explica que la Guardia Urbana interviene las mantas y el material que encuentran y lo tiran. La zona se vigila periódicamente, ya que es un espacio que utilizan desde hace tiempo las personas que duermen en la calle.
Los presupuestos municials de este año contemplan los 600.000 euros necesarios para afrontar la reforma de la estructura, que presenta desniveles y algunas irregularidades. La plataforma se inauguró en el 2001, pero durante los últimos años ha sido cerrada.