Diari Més
Maria Bellmàs Sanz

De Tarragona en Sydney

«Hay una confianza mutua entre trabajador y empresa»

Maria Bellmàs se marchó ahora hace casi cuatro años a Sydney, donde trabaja como directora asociada a ANZ, uno de los principales bancos australianos

Maria Bellmàs, con la Casa de la Ópera de Sydney en el fondo.

«Hay una confianza mutua entre trabajador y empresa»Cedida

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—¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?

—Después de cursar ADE en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona accedí a las becas ICEX (Instituto Espanol de Comercio Exterior) gracias a las cuales trabajé un año en la oficina comercial española en Bangkok (Tailandia) y después dos años a la oficina de representación que tiene el BBVA en Singapur. Después de adquirir experiencia en el sector bancario en Asia, empecé a trabajar para mi actual empresa, ANZ, uno de los principales bancos australianos. Con ANZ pasé un año más en Singapur, otro año en Vientiane (Laos) y 3 años y medio en Sydney, donde|dónde tronco ahora.

—¿Qué motivos la llevaron a ir a Sydney?

—Siempre he sido una persona muy curiosa e inquieta con interés por otras culturas y formas de vivir. Durante la universidad, hice un Erasmus en Bruselas y me gustó mucho el hecho de vivir en un lugar diferente y conocer gente de todo el mundo. Cuando acabé la carrera quise enfocar mis primeros pasos laborales en el comercio internacional y tuve la suerte de ser aceptada a las becas ICEX, que me dieron la oportunidad de vivir en Tailandia y Singapur y, por lo tanto, coger experiencia en mercados internacionales.

—¿Cuál fue su primera impresión al llegar a Sydney?

—Yo ya había estado en Sydney una vez de visita antes de venir a vivir allí y también había estado en Melbourne varias veces por trabajo, así que cuándo vine a vivir en Australia ya tenía una idea de cómo sería la vida aquí. Australia es un país maravilloso y Sydney en particular me parece una de las ciudades más bonitas del mundo, por lo tanto es prácticamente imposible que la primera impresión que uno tenga de Sydney no sea muy buena.

—¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?

—Es parecido a cómo me lo había imaginado, ya que es un país con una cultura similar a la europea. Una de las cosas que más me sorprendió de Sydney son su multiculturalidad. Se trata de una de las ciudades del mundo con un porcentaje de inmigrantes más alto. La mayoría de inmigrantes son asiáticos y provienen de China, India, Vietnam y Filipinas. También hay muchos europeos, sobre todo ingleses y franceses.

—¿Cuáles son las principales diferencias entre Sydney y Tarragona?

—Los horarios son muy diferentes, todo se hace mejor. A la mayoría le gusta levantarse muy temprano para hacer deporte. Las playas están llenas desde amanecer con gente nadando, haciendo footing, yoga o cualquier tipo de ejercicio. Los horarios de las comidas también son diferentes, todo el mundo come hacia las 12 horas, y cena, como a muy tarde, a las 19 horas. Por otra parte, la gente que sale de fiesta lo hace hasta la 1 de la mañana en mucho tardar.

—¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?

—El principal punto de interés de Sydney es el puerto, con la Ópera de Sydney y el Puente del puerto (Harbour Bridge). Son las dos obras arquitectónicas más fotografiadas. Una de las formas de verlas desde una perspectiva diferente es coger un barco al puerto para disfrutar de las vistas desde el agua. Las playas de Sydney son también uno de los grandes atractivos de la ciudad. La caminata por la costa entre las playas de Bondi y Cogee es una de las actividades más populares entre locales y visitantes, ya que las vistas son extraordinarias.

—¿Qué destacaría de la manera de trabajar de Sydney?

—Los australianos tienen muy bien entendido el concepto de equilibrio entre vida laboral y vida personal. La mayoría de gente trabaja de 8 a 5. Quedarse a hacer horas extras es considerado como la excepción y no la regla, y la mayoría de empresas ofrecen mucha flexibilidad para trabajar desde casa o adaptar los horarios a las necesidades familiares. La clave es la confianza mutua entre trabajador y empresa.

—¿Le ha pasado algo curioso?

—La primera vez que fui a comprar al supermercado di varias vueltas buscando cerveza hasta que al final pregunté a un trabajador dónde estaba la sección con el alcohol. Me miró con cara extrañada y respondió de que allí no venían alcohol. Después entendí que en Australia no se vende alcohol en ningún supermercado, se tiene que comprar en unas tiendas especializadas que se llaman bottle shops.

—¿Qué es lo que más echa de menos de casa?

—Mi familia, mis amigos y el arroz negro de mi madre! También echo de menos los días largos de verano, en Sydney, en verano, a las 19.30 horas se hace oscuro.

—¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?

—Me llevaría la costumbre de hacerlo todo más de hora. ¡Cuando vengo de visita a Tarragona no me puedo creer que tenga que esperar a las 15 horas para comer o a las 22 horas para cenar!

—¿Tiene intención de volver pronto o de momento no?

—De momento me quedo porque Sydney ofrece unas condiciones idóneas para vivir allí. Es una ciudad segura, con una economía sólida y en crecimiento. Tiene abundantes oportunidades laborales, buen clima y puedo disfrutar de un estilo de vida muy atractivo gracias a la flexibilidad laboral, además de disfrutar de una situación geográfica privilegiada entre el océano y una gran variedad de parques nacionales. Sin embargo, la gran desventaja es la distancia en la cual se encuentra de Europa y del resto del mundo, así que en un futuro no descarto volver para estar cerca de los míos.

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