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Tarragona registra dos sanciones diarias por dejar basura fuera de los contenedores

El Ayuntamiento intensifica desde julio las inspecciones y las sanciones, de entre 100 y 300 euros, a los incívicos que depositan muebles y basura en la calle

Muebles, puertas y restos de desperdicios y basura al lado de un contenedor de Bonavista, el domingo pasado.

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El Ayuntamiento de Tarragona interpone dos sanciones por término medio diarias por dejar basura fuera de los contenedores a particulares y empresas. Las puertas, cómodas, armarios, mesas e incluso urinarios depositados al lado de los contenedores son, habitualmente, la prueba del incivismo de una parte de la población. En los últimos meses, las montañas de desperdicios, también bolsas de basura de uso diario, se han intensificado. Desde principios de julio, el Ayuntamiento ha empezado a sancionar con más dureza a los ciudadanos incívicos y a inspeccionar para localizar a los infractores. El concejal de Limpieza, Jordi Fortuny, aseguraba ayer que en sólo 20 días, el Ayuntamiento interpuso 10 denuncias.

El equipo municipal trabaja para identificar a las personas que dejan muebles fuera del contenedor y que no avisa al servicio de recogida. El consistorio cuenta con un servicio gratuito denominado teléfono verde (977 296 222) para coordinar servicios de recogida selectiva de residuos voluminosos. Los ciudadanos también pueden dirigirse al centro de reciclaje del polígono Riuclar, abierto de 8 a 20 horas. El centro, sin embargo, sólo permite un solo vertido por día. Antes de llevar los desperdicios, el ciudadano tiene que dirigirse a las oficinas de Limpieza Pública en la plaza Imperial Tàrraco para solicitar el permiso correspondiente. También hay cinco centros de reciclaje móviles que se van moviendo por diferentes puntos de la ciudad cada día.

La ordenanza municipal prohíbe depositar cualquier objeto y contempla sanciones de entre 100 y 300 euros para los incívicos. Si la persona paga antes de la resolución, tendrá una reducción del 30%. De cara al otoño, el concejal de Limpieza prevé intensificar las inspecciones a través de varias campañas. Fortuny se reunirá a principios de septiembre con representantes de las asociaciones vecinales para hablar sobre esta problemática que afecta, de forma generalizada, a toda la ciudad. «Los ciudadanos también denuncian y nos envían la identificación de personas que no están haciendo el trabajo bien hecho», apuntaba el concejal. «Queremos combatir el incivismo desde la formación, la información y la sanción», añadía.

Los vecinos de Bonavista, muy coordinados a través de las redes sociales, han denunciado en la última semana casi cada día la existencia de muebles y restos de desperdicios fuera de los contenedores. «Cada día se nota más el incivismo de la gente en todas partes, pero no por eso tenemos que dejar que pase», comenta Emilia Carrasco. En las conversaciones de los últimos días entre los vecinos, siempre aparecía la existencia de una furgoneta blanca como responsable de los últimos vertidos. El lunes, un vecino pudo ver a varias personas descargando muebles del vehículo y denunció los hechos a la Guardia Urbana quien proporcionó la matrícula de la furgoneta.

El Ayuntamiento empezó a interponer sanciones el 1 de agosto 2012, después de que los ciudadanos continuaran con sus actuaciones incívicas a pesar de las diferentes campañas informativas y sensibilitzadores que el consistorio difundió. En 2016, por ejemplo, el consistorio tramitó un total de 108 sanciones, la mayoría por depositar residuos fuera de los contenedores de la basura. Además, aplicó 2.156 avisos y recordatorios de la normativa.

Fortuny explicaba ayer que su equipo trabaja «en la línea de evolucionar nuevas estrategias para la mejora de la limpieza, identificando espacios, momentos para intervenir y su intensidad». También se está estudiando el tamaño de los contenedores por si es necesario sustituir los que son pequeños por unos más grandes. El concejal de Limpieza quiere aumentar el actual equipo de tres personas destinado a elaborar un plan para mejorar las inspecciones. El objetivo del Ayuntamiento es incorporar a tres profesionales más de cara a los presupuestos del año que viene. «Estamos intentando hacer lo que podemos con una estructura que no diseñamos nosotros», explicaba, en referencia a los recursos de que dispone actualmente.

El presidente de la Coordinadora d'Entitats de Tarragona (CET), Ángel Juárez, que aglutina un centenar de entidades, trasladó hace una semana a través de un contacto telefónico al concejal republicano «las quejas recibidas por la suciedad de la capital». Juárez se quiere reunir con la dirección de FCC, la empresa adjudicataria encargada de la limpieza en Tarragona para abordar «el incremento de contenedores rodeados por residuos voluminosos o impropios», por otra parte, un fenómeno que reconoce el mismo Ayuntamiento, según el comunicado de la CET.

El consistorio quiere «evolucionar» el actual contrato de la limpieza, pero no lo podrá hacer, al menos, hasta 2023. La coordinadora asegura que los trabajadores cumplen con el pliegue de condiciones por lo que se ha reducido el servicio, hecho que ha provocado puntos negros que hace falta eliminar. Como ya hizo con el anterior gobierno, la CET se ha puesto a disposición de las partes para ayudar a diagnosticar el problema, participar en las campañas y difundir acciones de sensibilización y concienciación para conseguir una ciudad más limpia.

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