Ayuntamiento
La degradación de la cubierta del Palau Municipal de Tarragona obliga a actuar de urgencia
Un informe técnico habla del «peligro de derrumbe» del edificio de la plaza de la Font y que caigan al suelo los bustos de tarraconenses que lo coronan
La cubierta del Palau Municipal se encuentra en un estado crítico, hasta el punto que el Ayuntamiento de Tarragona ha iniciado un procedimiento de urgencia para licitar una intervención por evitar posibles males mayores. La situación de degradación del edificio de la plaza de la Font afecta también a los bustos de personajes ilustres que hay en la parte superior, que incluso corren el riesgo de caer al suelo. La intervención, presupuestada en más de 467.000 euros y una duración de contrato de nueve meses, tiene como objetivo «asegurar su estabilidad estructural y dotar de unas condiciones de seguridad adecuada a su función», según recoge el proyecto que, de manera detallada, hace referencia de todos los desperfectos que presenta este sector del edificio.
La revisión de la estructura ha puesto al descubierto que el Palau Municipal sufre diferentes patologías arquitectónicas, por lo que se recomienda llevar a cabo «una intervención de urgencia». La situación de riesgo se ha observado en las tres cubiertas del edificio, que afectan de manera alarmante al Salón de Actos, la Rotonda, la Torre del Reloj, el Salón de Plenos y la Sala de los Tarraconenses Ilustres.
Según indica el informe, «en la fachada principal se han desprendido elementos, poniendo en peligro la seguridad e integridad de peatones». Por este motivo, también se hará la revisión del estado de bustos, balaustres, cubierta volada y escudo de la ciudad que coronan el edificio. Hay que recordar que el escultor Bernard Verderol hizo los bustos de personajes singulares para la ciudad y las comarcas tarraconenses, concretamente los que representan Paulo Orosio, Lluís Pons d'Icart, Vicenç García, Pere Virgili, Antoni Gimbernat, Antoni Martí, Pròsper de Bofarull, Joaquim de Santiyan y Joan Smith. El estado de degradación de muchos de ellos es inquietante, hasta el punto que han perdido partes que se han desprendido e, incluso, se observan grietas en las estructuras que los soportan. Esta situación invita a pensar en la posibilidad de que se produzca un grave incidente.
La sala de las termitas
El Ayuntamiento conoce de hace tiempo la situación en que se encuentra la parte superior del edificio de la plaza de la Font y el estado de las cubiertas. El Salón de Actos hace años que está cerrado a causa de los efectos negativos que provocan las termitas en las vigas de madera, aunque en alguna ocasión se ha intervenido en estas.
El 4 de octubre del 2017 se realizó una inspección visual que dejó al descubierto los cabezales de este elemento constructivo de madera. «Los cabezales presentan degradaciones muy importantes, con pérdidas de más del 80% de material de su sección resistente, que anulan su función estructural y representan un verdadero, peligro de derrumbe del tejado», se detalla en el informe elaborado por técnicos especializados. En las otras cubiertas, situadas encima de la Sala de Plenos y la Sala de Reloj, «se observan las mismas patologías», subraya el informe.
Anteriores intervenciones
El Palau Municipal ocupa el lugar donde en época romana se encontraban las carceres del circo, que fueron descubrimientos justo hace más de una década. En este espacio estaba situada la línea de salida y era el punto de encuentro de las aurigas y los animales que intervenían en las carreras. En este mismo espacio se construyó un refugio subterráneo antiaéreo durante la Guerra Civil.
Fue en el siglo XVI cuando se construyó el convento de Sant Domènec, del que se conservan muchas de sus características estructurales. Posiblemente, se levantó sobre restos de un anterior edificio medieval.
A partir de este momento pasó por varias campañas constructivas a lo largo del tiempo que ha dado lugar a un conjunto de espacios interiores heterogéneos pero con un aspecto académico y normalizado en el exterior, según concretan los autores del informe.
El antiguo convento de Sant Domènec se desamortizó el año 1835. El edificio ya no era de sólida construcción. La iglesia del convento fue volada en 1813 por el ejército de Napoleón Bonaparte, que invadió la ciudad. El 27 de julio de 1837 es cedido por la Hacienda Nacional para instalar las casas provinciales y municipales. En 1860 se encargó a los arquitectos Rosell y Barba su remodelación. Años después participó Ramon Salas, arquitecto municipal de Tarragona. La obra de remodelación y derribo de la iglesia no estuvo terminada hasta en las postrimerías del siglo XIX.
El edificio de la plaza de la Font fue compartido durante años por el Ayuntamiento de Tarragona y la Diputació Provincial, hasta que la segunda de las administraciones mencionadas inauguró la sede del paseo de Sant Antoni en la década de los noventa. Una de las estructuras que se conservan del convento de Sant Domènec es el Salón de Actos, que contuvo la iglesia y que, en tiempo de la Diputació, fue el Salón de Plenos de esta institución.