'La mida del temps', una oda a Eduard Boada, «el artista de los bocadillos»

Cuando Javier Barón cruzó seis años atrás el umbral de la puerta de Can Boada quedó maravillado. La música clásica del histórico local y el aura del establecimiento, y del mismo Eduard Boada, lo cautivó. Desde el entonces, la idea de hacer un proyecto audiovisual no lo abandonó. Hace unos ocho meses, una cerveza con la productora Mireia Pallejà fue el detonante para arrancar un documental sobre el restaurador. El resultado es La mida del temps, dirigido por David Aymerich, un trabajo que presenta el personaje a través de ocho entrevistas.

«Lo que más nos gusta de él es su sencillez y humildad», señalaba ayer Barón en la presentación del documental en el mismo bar. Pocas veces un personaje tan alejado del habitual foco mediático en el que se reflejan políticos, deportistas o empresarios adquiere tanta notoriedad como este hombre de 77 años que el año pasado se despedía y cerraba la persiana de Can Boada, abierto desde 1947 por su padre.

«Tiene un punto místico el personaje», observa Aymerich. Durante 25 minutos, la escritora Margarida Aritzeta, el joyero Joan Blàzquez y el exalcalde Josep Fèlix Ballesteros, entre otros, describen al célebre restaurador, que en unas semanas también protagonizará otro reconocimiento ciudadano como pregonero de las Festes de Santa Tecla. «Es un artista que hace bocadillos y el documental es una oda a los artistas que, a veces, en Tarragona no se acaban de ver», explica Pallejà.

TAC 12 y el Ayuntamiento de Tarragona cofinancian la película que se estrena el 15 de septiembre en la Antiga Audiència en el marco de Santa Tecla y que también ha contado con la colaboración de la Tarragona Film Office. En el rodaje también han participado dos alumnos del Ciclo Superior de Audiovisuales del Institut Pere Martell. El escenario del proyecto son calles y espacios de Tarragona como la plaza del Rei y la Catedral. La entrada es gratuita hasta completar aforo y el documental se proyectará también en la cadena de televisión tarraconense.

El equipo del documental explica que la obra «se adentra en La mida del tempsde Eduard, como sus maneras pausadas y calmadas han marcado el ritmo de todos los que han entrado alguna vez a Can Boada y, como durante este tiempo, ha sido su manera de hacer y se ha acabado convirtiendo en su legado».

«Es una ilusión que no me esperaba», celebraba ayer Boada, animado, mientras preparaba un aperitivo para los realizadores y los periodistas. Aymerich, director del exitoso largometraje Dulce sabor a Limón, le devolvía el agradecimiento. «Se ha empleado a fondo en la parte ficcionada del documental», explicaba. Según el cineasta, La mida del temps«rompe con todos los estereotipos» y el convencionalismo del género. «No es un documental al uso», asegura el director.

«Durante el rodaje nos decía que teníamos que aprovechar el tiempo con otras cosas y nos preguntaba por qué estábamos con él», comenta, entre risas, Barón. El restaurador ya prepara su discurso durante el pregón de las fiestas de la ciudad. Mientras tanto, ya retirado, Boada sigue contemplando el gran eco y la huella que han dejado sus bocadillos en la ciudad.