El juicio a los acusados de amenazar de muerte a uno de Vox, visto para sentencia

Este jueves al mediodía se ha celebrado y ha quedado visto para sentencia, de una vez por todas, el juicio a Òscar Cid y a Manolo Cabrero, acusados de amenazar de muerte a José Ramon Gargallo en un acto de Vox en Bonavista el 17 noviembre del año pasado.

«A ver si se puede celebrar el juicio de una vez por todas», ha expresado Cid antes de entrar en los juzgados. «Eso dura más que la guerra de Vietnam», ha añadido, bromeando, Cabrera. Y es que el juicio se tuvo que suspender hasta en dos ocasiones, ya que en la primera vista no se presentaron dos de los cuatro Mossos d'Esquadra que tenían que declarar y en la segunda no se presentó la misma acusación, Gargallo, según Cabrera, porque tenía «depresión». En las puertas de los juzgados y dentro de la sala, los dos acusados de amenazar de muerte a Gargallo en el acto de Vox han vuelto a disfrutar del apoyo de mucha gente, relacionada con CDR del Camp de Tarragona y otras entidades y organizaciones independentistas. El abogado de Óscar Cid y de Manolo Cabrera, Jordi Baiges, ha expresado a Diari Més: «Esperamos que el juicio se celebre, las dos veces que se ha suspendido ha sido por demandas de la acusación. Tenemos ganas de qué se celebre y se demuestre la inocencia». «Al final todo eso es una maniobra para tener notoriedad, en ningún caso hubo amenazas directas, el denunciante se sintió ofendido y aludido cuando nadie le dijo nada directamente», ha añadido Baiges. A las 11.30, Cid y Cabrera han entrado entre aplausos de apoyo a los juzgados de Tarragona.

Gargallo, en declaraciones a este medio ha explicado cómo sucedieron los hechos el pasado 17 de noviembre: «Yo iba por la calle y al pasar por el lado de la terraza oí 'pim pam pum, no en quedareu ni un'. Entonces me acerqué y le pregunté que porque me quería matar y mirándome a los ojos directamente repitió ‘pim pam pum no en quedareu ni un’. Entonces le dije que era un fascista». «No puede ir amenazando de muerte a la gente por la calle, tiene que respetar todas las ideas», ha añadido Gargallo.

Esta ha sido la línea que han seguido las declaraciones del denunciante en el juicio. Gargallo también ha explicado en la declaración que Cid hizo un intento de «sacar un arma» y que desde aquel día no se siente seguro porque cree que Cid o gente de su entorno le pueden hacer alguna cosa y siente la necesidad de «vigilar siempre las espaldas». Ante eso, en la declaración Cid ha explicado que hizo «como si cogiera alguna cosa de la mesa» y le preguntó que «con qué quieres que te mate», y ha añadido que lo de hacer ver como si sacara un arma «es de película de Tarantino».

Según el abogado de la defensa, lo que pasó aquel día en Bonavista es que sus clientes estaban tomando un cortado en una terraza de un bar mientras que en el restaurante de al lado se estaba celebrando una reunión de Vox y a la vez, en la calle, había una manifestación independentista en contra del partido ultraderechista. Los simpatizantes de Vox encendieron una traca de petardos y, cuando esta acabó, los independentistas empezaron a cantar «pim pam pum, que no en quede ni un», con relación a los petardos. Cid, desde la terraza, repitió las palabras de los manifestantes y fue entonces cuando Gargallo pasaba por delante y le preguntó a Cid que a quién quería matar. Según los acusados, inmediatamente se presentaron delante suyo «un grupo de 14 o 15 simpatizantes de Vox», momento en que empezó la discusión. Los Mossos, que estaban controlando la manifestación independentista, llegaron a tiempo para separar las dos partes. Cid ha defendido en todo momento que, en ningún caso, su intención era amenazar a Gargallo.

Tanto la acusación como la defensa han presentado en el juicio pruebas documentales, vídeos, que tan sólo los abogados, la secretaría y la jueza han visionado. Un juicio que ha contado con 19 personas de público, todas para dar apoyo a los acusados. En dos semanas se conocerá la resolución.