Fotoperiodista
«Con la fotografía de castillos busco las emociones más que la postal»
Los International Photography Awards, considerados los Oscar de la fotografía, han premiado una serie de fotos de castillos del fotógrafo tarraconense
—El premio que ha ganado es el máximo galardón al cual puede aspirar un fotógrafo?
—Hoy día el mundo de la fotografía está tan globalizado que no sabría decir cuál es el premio más relevante. Es cierto que este es importante, son unos galardones de escala mundial que tienen dos categorías, profesional y no profesional.
Lo que yo he ganado, en el apartado profesional, está dentro de la categoría de Acontecimientos, y dentro de esta, Acontecimientos competitivos. En el 2011 ya había quedado finalista en la categoría de vídeo, con el documental Som Castells, y en el 2013 recibí una mención de honor con la serie El cel dels castells, un conjunto de fotos cenitales de varias piñas.
—Qué historia hay, detrás de la serie que ha ganado?
—La serie se llama A human tower victory, y corresponde a la Colla Vella de Valls, durante el Concurs de Castells del 2018. Quería presentar las diferentes fases del grupo, desde la «canalla», hasta la construcción de la piña, la celebración, los nervios y el éxtasis final, porque tuve la suerte de que la Vella ganó.
El Concurs tiene una particularidad, y es que es complejo trabajar, porque no puedes adelantar el resultado. Tienes que escoger bien donde quieres ir, donde quieres estar, y esperar que todo salga bien a nivel fotográfico. Escoger si quieres fotografiar un castell en concreto porque piensas que será importante, decidir si lo quieres hacer desde fuera o desde dentro... los castells son imprevisibles, y el Concurs todavía más.
Cuando llegué a casa y vi el material identifiqué que había esta serie completa, que era chula a nivel de discurso narrativo, porque tenía un poco de todo, y con un buen final, la victoria de la Vella.
—Cuándo supo que tenía un material excepcional?
—Cuando se supo que la Vella era la campeona, en el momento de la celebración, yo estaba con ellos. El hecho de estar en el lugar y el momento correcto me hizo pensar que podría sacar buen material. Pero con los castillos, hasta que no llegas a casa y lo miras, no lo puedes saber, porque puede ser que te haya salido borroso, movido, con ojos cerrados o gente en medio.
—Qué busca, cuándo hace fotos de castillos?
—Emociones. No me interesa tanto la postal, aunque pienso que es un recurso interesante y necesario, pero particularmente prefiero los detalles, las miradas, las caras, los sentimientos. Todo eso va un poco en la línea de lo que creo que es una buena foto. Tiene que hacer pensar y remover alguna cosa dentro cuando la ves.
—Qué porcentaje de técnica y cuánto de instinto hay, en una buena foto de castells?
—Y también de conocimiento casteller! Yo no he sido nunca casteller, ni nadie a mi familia. Empecé poco a poco y he ido aprendiendo. A pesar de que no seas un experto casteller, estando en las plazas, conociendo a los castellers, vas viendo cómo funcionan, y eso también ayuda mucho a la hora de hacer las fotografías, y pienso que es lo que marca la diferencia hoy día, que hay tanta gente en plaza haciendo fotos.
En el plano técnico, las cosas pasan muy rápido, tienes que saber disparar las cámaras con rapidez para no perder nada.
—La Marató de TV3 de este año también ha escogido una foto suya para su cartel. ¿Se está especializando en foto castellera?
—Intento que no sea así, porque también hago muchas otras cosas. Pero es cierto que la foto castellera es la que me ha dado más renombre. Pienso que los valores que transmiten los castells son globales y universales, y nosotros ya les tenemos muy interiorizados, pero fuera, las personas que los ven por primera vez, no tanto.
Eso es lo que puede pasar con este tipo de concursos de fotografía, yo los entiendo como una manera de promover la cultura catalana y los castells, no me lo tomo como una cosa personal, porque al final al jurado hay una mirada muy subjetiva, y eso se tiene que relativizar.
Está muy bien ganar premios, pero más allá de eso, lo más interesante es que los castells y la cultura catalana se conozcan a fuera. En cuanto al encasillamiento, me gusta reivindicar que la fotografía que hago va más allá de los castells.
Con ellos me lo paso muy bien en un momento puntual del año, pero el resto del tiempo hago otros proyectos, me gusta la fotografía documental y el fotoperiodismo vinculado a la actualidad, en las cosas que pasan en la ciudad, a los viajes. Siempre busco ir más allá, a pesar de que al final, el que acaba sacando la cabeza, y no me quejo, son los castells.