La riada dejó dentro del puerto de Tarragona el equivalente en 850 camiones de cañas y árboles

El Puerto de Tarragona ha recogido más de 21.000 metros cúbicos de cañas, troncos de árboles y otros materiales que fueron arrastrados por la riada del 22 de octubre, lo que supone llenar 850 camiones.

Dos semanas después de la tormenta que afectó a las comarcas tarraconenses, todavía quedan restos en aguas interiores del puerto. De hecho, el pasado sábado por la mañana una embarcación trabajaba en la retirada de restos que fueron llevados por el río Francolí hasta aguas internas del puerto y había residuos al lado del rompeolas, donde se sitúan los pescadores deportivos.

La Autoridad Portuaria ha concentrado la masa vegetal recuperada en las proximidades del Faro del Cuerno con el objetivo que se seque, y estudia la posibilidad de convertirla en biomasa, siempre que una empresa del sector se interese por llevar a cabo la transformación del material recogido.

Fuentes portuarias informaron ayer en esta redacción de que la gran cantidad de material acumulado ha sido superior que lo que arrastró el Francolí en la riada de 1994, ya que hace 25 años la bocana estaba más abierta porque no se había construido el dique de abrigo, cuya inexistencia hizo que los restos fueran mar adentro.

En esta ocassió, la mayoría de los residuos arrastrados por el río quedaron en el interior del Puerto.

Más de 9.000 horas de trabajo

Desde que tuvo lugar la riada, los operarios del Puerto han invertido más de 9.000 horas en las tareas destinadas a recoger las cañas, árboles y restos de otra tipología depositados por el Francolí en el mar y, más concretamente, en la zona de incidencia de la desembocadura.

En los trabajos han participado 8 embarcaciones especializadas en contaminaciones marinas, en jornadas de día y noche, 5 máquinas retroexcavadoras y una grúa de cuchara.

Las intensas lluvias que afectaron a las comarcas de Tarragona el 22 de octubre implicaron que el Francolí, en la desembocadura, llevara un caudal de 1.230 metros cúbicos por segundo, cifra que supuso multiplicar por diez el del Ebro a su paso por Tortosa.

Ante esta circunstancia, el Puerto tuvo que agilizar los trabajos de retirada del material aportado por el río para facilitar la navegación y tener en condiciones óptimas las tenazas.

Como ejemplo de la gran cantidad de cañas y demás arbórea que fue al mar desde tierra adentro, vale recordar el hecho de que la semana pasada se tuvieron que rescatar seis embarcaciones de la Escuela de Remo del Club Náutico de Tarragona que fueron encontradas en una zona próxima a la playa del Pinar, donde se amontonó gran cantidad de material arrastrado por la fuerza del río.

Los efectos negativos de la riada del 22 de octubre todavía son perfectamente visibles en el tramo final del Francolí a su paso por el término municipal de Tarragona.

La tierra de los caminos del parque urbanizado en lo tocante al cauce ha dejado paso a un paisaje de piedras, mientras que en muchas zonas, como los puentes, se acumulan cañas y árboles, y el sendero que discurre en paralelo al río y que permite el acceso al Pont del Diable ha quedado impracticable. Además, ha desaparecido gran cantidad de árboles y matorrales.