Cinco barrios del Camp de Tarragona suman más de un 20% de votos a Vox
Por el contrario, junto con el PP y Ciutadans, en numerosas localidades de la Conca y el Priorat no obtuvieron ningún voto
Los datos facilitados el lunes por el Ministerio del Interior español sobre las elecciones del 10-N cuentan con la división por municipios, pero también por mesas y secciones censales. Cada mesa tiene un censo que puede llegar a 800 electores, pero la cantidad se puede reducir en pueblos pequeños.
La imagen hegemónica de ERC planteada por la primera ola de datos, tan sólo dividida por términos municipales, excepto las excepciones del PSC especialmente en la Costa Daurada y el Baix Penedès, se rompe si se miran las cifras por barrios. De esta manera, cinco zonas determinadas de poblaciones como Reus, Tarragona, Vila-seca y Constantí muestran porcentajes superiores al 20% de voto para la formación de ultraderecha Vox.
La que más porcentaje de voto tiene es el núcleo de la Plana, en Vila-seca, con un 30,4%. En términos relativos es importante, pero se trata de 101 sufragios y no consiguió posicionar como primera fuerza ni siquiera en este barrio. En esta localidad, el PSC acabó ganando con 2.568 votos (25,48%), por los 1.574 de Vox (15,62%).
La segunda zona por porcentaje está en torno a Mas Pellicer, en Reus. Aquí sí que Vox sumó una victoria, empatando a 135 votos con el PSC (28,9%). A diferencia del caso del barrio villa-secano –donde ERC todavía posicionó como tercera fuerza–, el reusense sitúa a los republicanos en la sexta posición, por detrás incluso de en Comú Podem o de Ciudadanos.
Distanciado de estos dos núcleos, el barrio de Buenos Aires, en el norte de Bonavista (Tarragona), volvió a destacar por su apoyo a la formación de Santiago Abascal. Con un 26,3% (177 votos) posicionó como tercera fuerza en un barrio, Bonavista, donde el independentismo –no sólo ERC- no llegó ni al 5% de los sufragios emitidos.
Los dos últimos barrios que superaron la barrera del 20% –por poco– fueron Rodolat del Moro –y la parte norte de Sant Pere i Sant Pau- y el barrio de Centcelles de Constantí.
Aparte de estas zonas, hubo otra, en Mont-roig del Camp, donde si bien el porcentaje de apoyo a los ultraderechistas no llegó al 20% (18,4%), sí que superó a Esquerra Republicana como partido más votado por cuatro votos.
ERC conquista feudos del PSC
Las primeras posiciones en los municipios no permiten percibir la diversidad dentro de los municipios. Por ejemplo, si bien en la Pobla de Mafumet los republicanos ganaron en una sección censal, los socialistas ganaron en el otro y el cómputo global se decantó a favor de ERC. Lo mismo pasó en la Pobla de Montornès y en el Catllar, mientras que en Santa Oliva estuvo en sentido contrario.
Los socialistas mantuvieron algunas victorias por zonas en municipios teñidos de amarillo republicano. Camarines, el centro de Tarragona, el Vendrell, Valls, Reus, Vandellòs-l'Hospitalet de l'Infant o Mont-roig del Camp no fueron tan hegemónicamente independentistas como pintaba a primer vistazo.
Por su parte, Junts per Catalunya rivalizó por zonas también con Esquerra Republicana. Lo hizo ganando en una sección de Riudoms, en dos de Valls y en tres del centro Reus. En la Bisbal del Penedès, empató en victorias (uno a uno) con los socialistas.
El amarillo republicano también se dejó ver en feudos del PSC. En el centro de Vila-seca, a la costa de Roda de Berà o en tres secciones de Calafell, los del candidato y ahora diputado Jordi Salvador se hicieron con la victoria.
Aparte de los tres principales partidos, en Comú Podem ganó en una sección de los Pallareses, a la urbanización de Jardines Imperio, mientras que la CUP lo hizo al municipio de la Vilella Alta (Priorato) donde sólo hay una sección censal.
Zonas sin voto a partidos
Otras curiosidades que se pueden ver a través de los resultados por mesas y secciones censales es la cantidad de zonas en las cuales ninguno de los electores decide no votar una determinada opción política, es decir, allí donde aquella formación política no tiene ningún simpatizante y, por lo tanto, ir a hacer campaña es posicionar en terreno hostil.
El partido más votado en la demarcación, ERC, el domingo obtuvo sufragios en todas las mesas de la demarcación. El segundo, el PSC, cerca se quedó: tan sólo no lo votaron en Forès (Conca de Barberà) y la Vilella Alta (Priorat). Precisamente los socialistas entraron a registro una lista fantasma en Forès, que finalmente no contribuyó a los comicios.
El tercer partido más votado en Tarragona, Junts per Catalunya, no consiguió ningún apoyo en cinco mesas de la capital, todas ellas en los barrios de Ponent.
En Comú Podem, por su parte, no fue votado en Vallclara, ni en Forès, los dos municipios de la Conca, ni tampoco en una mesa del Catllar.
El quinto partido, Vox, se estampó en varios municipios del interior. Así, ni en Vilanova de Prades, ni en Vallfogona de Riucorb, Savallà del Comtat –estos tres, donde tampoco votaron en el PP-, Rocafort de Queralt, Renau, Pradell de la Teixeta, Poboleda, Margalef, Llorac, Forès, la Febró, Colldejou, Capafonts, Blancafort, ni tampoco en la Vilella Baixa ningún elector se decidió por esta opción política. El mismo fenómeno sucedió en una mesa de Vandellòs-l'Hospitalet de l'Infant y en otra de Tivissa. El Partido Popular, por otra parte, no lo votaron en Conesa, l'Argentera y el Arbolí. Un fenómeno similar se produjo, añadiendo algunos municipios, con Ciutadans, que vio cómo perdía 30.000 votos en seis meses.
Finalmente, donde la CUP se estampó estuvo en varias mesas de municipios como Bellvei, Constantí, Sant Carles de la Ràpita, Vandellòs-l'Hospitalet de l'Infant, Vila-seca y los barrios de Ponent de Tarragona. En estas mesas, el voto en los cupaires fue nulo.