Comercios
La mítica Casa Cuadras de Tarragona cierra meses antes de celebrar el centenario
La charcutería de la Rambla abrió sus puertas en 1920 y se especializó en productos difíciles de encontrar en la Tarragona de posguerra
La mítica Casa Cuadras, uno de los establecimientos comerciales más antiguos y conocidos de Tarragona, bajará la persiana por última vez el sábado 30 de noviembre, pocos meses antes de celebrar su centenario.
Fue Baldomero Cuadras quien en 1920 inauguró un comercio de comestibles en la Rambla Nova que, con los años, se convirtió en un establecimiento donde se podía adquirir productos difíciles de encontrar en la Tarragona de posguerra e, incluso, hasta la llegada de la democracia. Esta particularidad se mantuvo, a pesar de la apertura de las fronteras en los productos europeos años más tarde.
A finales de la década de los sesenta y, sobre todo, en la de los setenta, muchos tarraconenses organizaban expediciones a Andorra para comprar productos del continente que casi no tenían presencia en el mercado estatal, como quesos y mantequillas holandesas o chocolates belgas, incluso organizando desplazamientos en autocares.
Algunos de estos productos se podían adquirir en Casa Cuadras, un comercio adelantado a su tiempo que también se especializó en gastronomía local, como los carquiñolis de Montblanc o las cocas de Perafort.
El establecimiento de la Rambla Nova ha sido a lo largo de más de nueve décadas un punto de destino de aquellas personas sibaritas que buscaban productos poco habituales. En un periodo determinado, este comercio incluso comercializó arroz de paella enlatado que se preparaba hirviendo el envase en agua.
Un nombre ligado a la ciudad
Casa Cuadras, como la conocen los tarraconenses, hoy Xarcuteria Cuadras, ha tenido varios nombres a lo largo de casi un siglo de existencia. El primero fue Colmado B. Cuadras, una pequeña tienda que, años más tarde, en 1965, fue ampliada gracias a la adquisición de una tienda que había al lado. También recibió el nombre de Mantequeria Cuadras. El actual fue el último cambio de nombre y se produjo a la década de los ochenta.
A lo largo de los más de 99 años de vida han sido al frente del establecimiento de la Rambla Nova tres generaciones. Al fundador, Baldomero, le siguieron a sus hijos Josep Maria i Francesc. Después, se incorporó al negocio su nieto Francesc, quien ayer martes atendía el negocio con normalidad y optó por no hacer declaraciones a los medios de comunicación.
El trato personalizado ha sido también una de las características de este establecimiento que abrió sus puertas en una Tarragona que justo superaba los 30.000 habitantes. Con esfuerzo y buscando productos gastronómicos diferentes, se ganó un prestigio que nunca abandonó. Ha sido comercio de referencia para personas que buscaban alternativas en los productos más habituales en cada una de las diferentes épocas, auténticas delicatessen como cocas, embutidos ibéricos de varios orígenes o vinos llevados de diferentes zonas productivas del país.
Con el próximo cierre de Casa Cuadras, dentro de dieciocho días, desaparecerá uno de los establecimientos de venta de productos gastronómicos y todo tipo de comestibles más preciado de la ciudad de Tarragona y que ha formado parte del paisaje de la Rambla Nova.