Consumo
Buenas expectativas de los comerciantes tarraconenses por el Black Friday
Aunque aseguran que es una fiesta que los perjudica, los tenderos hacen descuentos para atraer compradores
El pequeño comercio vive un año más el Black Friday con sensaciones contradictorias. Por una parte aseguran que es una fiesta que los perjudica, porque viene marcada por grandes superficies, los obliga a hacer descuentos antes de Navidad y ya cuentan con unos márgenes de beneficio reducidos. De la otra lo ven como una oportunidad para poner en valor su producto de calidad, y se lo cogen como el pistoletazo de salida de la campaña navideña.
Según datos de Pimec, la mitad de los tenderos aplicará descuentos, generalmente de entre un 10% y un 20%, mientras que la otra mitad no hará. Con todo, las previsiones son mejorar ligeramente las ventas del año pasado. Los más satisfechos son los consumidores, que aprovechan la jornada para comprar a precios más bajos.
«Tenemos que demostrar que estamos preparados para este tipo de acontecimientos», ha afirmado Florenci Nieto, presidente de Pimec Comerç de Tarragona y Provincia. Desde la patronal de la pequeña y mediana empresa han asegurado que tienen unas «previsiones muy alentadoras» para este Black Friday. «Si va como el año pasado ya estoy contento, pero creo que lo superaremos», ha expresado Nieto. En su opinión, los comerciantes no tienen que apostar tanto por hacer grandes descuentos, sino por estar presentes en la campaña ofreciendo los productos habituales a un precio un poco más reducido. «El pequeño comercio vende calidad, servicio, palabra, consejo; y todo eso no se puede cuantificar económicamente. Lo que venderán es lo que ya tenían antes del Black Friday», ha concretado.
Nieto también ha hecho una lectura positiva de la contratación de trabajadores que genera la fecha. Ha cifrado en 500 las que se incorporarán en tiendas de la demarcación de Tarragona a raíz de esta acción comercial, el 90% de las cuales ya se mantendrán para la campaña de Navidad. Estas cifras sin embargo, no las ven tan claras desde la Associació de Comerciants La Vía T, de la ciudad de Tarragona. Puede ser que el pequeño comercio coja alguien, pero en general no es el caso. Ojalá fuera así, pero supongo que las contrataciones son de las grandes cadenas», ha afirmado Judith Sentís, dinamitzadora de La Vía T.
Sin embargo, Sentís va en la línea de Nieto en el hecho de que los establecimientos tienen que conseguir que «hacer una compra sea una experiencia agradable», a partir de un buen trato con el cliente y de vender un buen producto. Incluso buscan maneras de atraer compradores haciendo acontecimientos, catas de artículos o dinamizando la calle con actuaciones musicales o talleres infantiles. «Tenemos que ser más creativos para que el cliente vuelva al centro de la ciudad», en lugar de ir a grandes superficies del extrarradio, ha resumido Sentís.
Ambiente flojo por la mañana
En el centro de Tarragona, poco movimiento de compradores este viernes por la mañana. Los tenderos, con cierta resignación, han explicado que hasta la tarde no tendrán clientela, coincidiendo con el acto de encendido del alumbrado navideño previsto en la Rambla Nova. Confían en que a partir de entonces se anime el ambiente y las ventas sean positivas durante todo el fin de semana. En la tienda MS Mode, de hecho, han comentado que decidirán si abren el domingo en función de como haya ido el sábado. Eso sí, alargarán los descuentos del Black Friday hasta el lunes.
En su caso hacen descuentos de hasta el 25% en algunas prendas de ropa. Un poco superiores de la mayoría de los comerciantes, que los sitúan entre el 10% y el 20%. «Tener que hacer descuentos un mes antes de la campaña de rebajas, es ahogarnos», ha comentado Sentís, que también ha lamentado que «las grandes empresas hacen promociones cada tres meses». «Estamos en contra del Black Friday», ha exclamado.
Desde el punto de vista de los consumidores, los descuentos son bienvenidos. Elena, una mujer que paseaba con la familia por la Rambla Nova, ha aprovechado la ocasión. «He ido a mirar una cosa y me he llevado tres», ha explicado mientras enseñaba la bolsa. En su caso valora el trabajo del pequeño comercio. «Normalmente compro por aquí, pero es una lástima que cada vez haya más tiendas cerradas. Entonces tienes que ir al Parc Central», uno de los centros comerciales de la ciudad, ha indicado.
La sensación que el pequeño comercio en Tarragona sufre más que en otros lugares, la confirman los datos facilitados por Pimec. En un año, en la demarcación, se han perdido 225 establecimientos, al pasar de 9.683 comercios en el 2017 a 9.458 el año pasado. En comparación con el resto de Cataluña también hay menos tiendas, ya que el índice de densidad comercial en el país es de 13,66 comercios por cada 1.000 habitantes, mientras que en la demarcación es de 9,9. Por municipios, el 11,76% de las localidades no tiene ningún comercio, y un 57,05% tienen entre cero y debe. Eso hace que diez ciudades concentren el 68% de los establecimientos. Especialmente Tarragona y Reus que acumulan el 38%.