Patrimonio
La RSAT no ve con buenos ojos la demolición de las graderías del Anfiteatro
El presidente afirma que decisiones importantes sobre monumentos se tendrían que consultar a especialistas de la URV o del ICAC y, por eso, hay que hacer un ente
El presidente de la Reial Societat Arqueológica Tarraconense (RSAT), Joan Vianney Arbeloa, manifestó ayer en esta redacción que «tirar al suelo las graderías del Anfiteatro se tendría que argumentar bien», aunque se trate de las estructuras construías entre finales de los años sesenta e inicios de los setenta.
Esta fue la respuesta a la polémica surgida a esta semana, después de que el concejal de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Tarragona, Hermán Pinedo, declarara que no descartaba la demolición del sector del siglo pasado de las graderías a causa de las patologías que sufren, aunque, posteriormente, dijo que no estaba prevista esta actuación por los informes que ahora hay.
El presidente de la Arqueológica comentó que la toma de decisión que pueden afectar gravemente en los monumentos de Tarragona, por irreparables, «se tendrían que consultar a arqueólogos e historiadores, y a expertos como los que hay en la Universidad Rovira i Virgili o al Instituto Catalán de Arqueología Clásica».
Arbeloa recordó que, desde hace años, la entidad que preside reclama la creación de un ente que englobe diferentes sectores del ámbito del patrimonio, «que sea consultado y pueda dar su opinión». «Siempre hemos dicho que tiene que haber un ente de expertos que puedan decir la suya», remarcó. Arbeloa afirmó que los miembros de la Arqueológica «no sabemos qué piensa hacer el Ayuntamiento» para consolidar el Anfiteatro y, concretamente, con relación a las graderías del siglo XX, actualmente en estudio a consecuencia de la aparición de unas grietas que hicieron saltar todas las alarmas.
El presidente de la Arqueológica dijo a Diari Més que «se tienen que hacer más informes» antes de tomar soluciones definitivas. «El proyecto que se haga en el Anfiteatro tiene que estar a la altura del monumento». Arbeloa insistió en decir que «no conocemos a fondo la problemática que plantea el estado del Anfiteatro y pensamos que el día que se haga una propuesta se tendrá que valorar si el estado de las graderías es grave». «Hemos pedido a Hermán Pinedo una reunión, pero lleva muchas áreas y esperamos que nos reciba cuando le sea posible», dijo.
Un monumento muy visualizado
El Anfiteatro estuvo parcialmente oculto hasta los años setenta por la presencia de edificios que se construyeron en diferentes épocas y sólo era visible el sector de graderías originales, a las cuales se impide el acceso de los visitantes. La imagen actual es reciente, pero como apuntó Arbeloa, «es como tenemos visualizado el monumento».
Antes de intervenir, «se tendría que contrastar la imagen de ahora con la que podría resultar, ver cómo quedaría el monumento y qué efectos tendría» la demolición de las graderías construidas hace cerca de sesenta años, después de la excavación del monumento que se llevó a cabo y de su vaciado. Arbeloa remarcó que «no conocemos la afectación real», por lo cual «supongo que se harán varias propuestas» antes de tomar una decisión que no tendría marcha atrás. En este contexto, el presidente de la RSAT dijo que «tenemos que dar valor en la imagen consolidada que hoy ofrece el Anfiteatro».
De estas palabras se desprende que la entidad no vería con buenos ojos la demolición de unas graderías que facilita la realización de actividades con público.