Poítica
La CUP Tarragona votará no al PP10
Insta al gobierno a centrarse en la rehabilitación de viviendas, la modificación del POUM y la cohesión y dignificación de Ponent
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La CUP afirma que en el pasado mandato el gobierno de Ballesteros «nos quiso vender al conjunto de la población tarraconense que el PP10 era la clave de bóveda que necesitaba la ciudad, junto con sus 'Juegos del Hambre'». En su inicio, proyecto socialista planteaba la creación de un barrio «smart» que tenía que ir ligado al legado de los Juegos. La portavoz del Grupo Municipal Laia Estrada explica que «la realidad ha sido que el mandato de Ballesteros nos ha dejado macroproyectos personales que no tienen nada que ver con las necesidades reales de la ciudad». La llegada de Ikea fue un fracaso, pero continúa el proceso de urbanización del PP10 que se materializará al pleno de mañana, aprobando la licitación de las obras de un plan con lo que las anticapitalistas siempre se han mostrado contrarias.
El gobierno de Ricomà apunta que el plan está tan adelantado que no puede parar, la consellera Eva Miguel explica que «cuando hemos preguntado cuánto costaría parar el PP10 siempre nos han dicho que el coste sería alto, pero nunca nos han dado ninguna cifra y que esta valoración lo tenía que hacer a un técnico especialista en la materia». En más, las cupaires consideran que seguir adelante o no el PP10 era un tema lo bastante trascendente como para que fuera la ciudadanía que decidiera qué quería hacer.
La CUP defiende una enmienda en la totalidad del POUM para trabajar en un modelo urbanístico que realmente cohesione la ciudad, es por eso que las cupaires consideran que este proyecto no es una prioridad por Tarragona, ya que «antes de hacer obra nueva nos hace falta cuidar del estado de los edificios ya existentes y frenar el grado de degradación», ha expuesto a la consellera Estrada.
Por todo ello, la CUP se opone al PP10 e insta en el gobierno de Ricomà a centrarse en la rehabilitación de viviendas, la modificación del POUM y la cohesión y dignificación de Ponent con la pacificando los puentes del Francolí, convirtiendo finalmente la T-11 y la N-340 en vías urbanas y poniendo solución a la situación de la escuela de Ponent, que todavía está en barracones.
En caso de que este plan finalmente salga adelante, la CUP de Tarragona exige que el total del techo edificable de titularidad municipal se destine íntegramente al alquiler social y no sólo «un porcentaje significativo», según las previsiones del SMHAUSA.