Municipal
El Ayuntamiento de Tarragona aprueba la urbanización del PP10 por 13,8 MEUR
Se construirán 1.200 viviendas, 400 de los cuales serán de alquiler social, y un centro comercial
El Ayuntamiento de Tarragona ha aprobado este martes en un pleno extraordinario adjudicar la urbanización del Plan Parcial 10, donde se tenía que ubicar el proyecto fallido de IKEA, a la Unió Temporal d'Empreses (UTE) Comsa-Rogasa, por un importe de 13,8 MEUR. En este espacio, situado cerca de la Anilla Mediterránea, ha previsto construir 1.211 viviendas, 400 de los cuales serán de alquiler social impulsados por el consistorio. Aparte, la empresa holandesa Ten Brinke tiene previsto hacer un centro comercial, complementado con ocio, restauración y hostelería. La urbanización se ha aprobado con los votos favorables del equipo de gobierno (ERC y ECP), PSC, Cs y PP; y los votos en contra de Junts per Tarragona y la CUP.
El consejero de Territorio del Ayuntamiento de Tarragona, Xavier Puig, ha puesto en valor las 400 viviendas sociales que se harán, gracias al aprovechamiento urbanístico de los terrenos y a que el consistorio adquirió unos terrenos adicionales. Puig ha concretado que estos pisos se destinarán a alquiler social y de entrada no se pondrán a la venta.
La urbanización que se ha aprobado en el plenario contempla «allanar el terreno, abrir calles y dejar marcadas las fincas donde irán los edificios», ha concretado Puig. De hecho, algunos de estos trabajos ya han empezado en el entorno de la Anilla Mediterráneo, con un importe de 750.000 euros. La previsión del consistorio es que todo ello esté terminado en unos 15 meses a partir de marzo, cuando está previsto que empiecen las obras, siempre que no se pongan recursos.
Preocupación por el pequeño comercio
Uno de los argumentos que se han oído en el pleno de este martes es que el nuevo centro comercial deTenBrinkepuede ser la estocada definitiva al pequeño comercio de la ciudad. «Es un modelo obsoleto. Un nuevo centro comercial distanciará más el comercio y la vida de Tarragona del centro. Estamos hartos de un modelo que no ayuda nuestra ciudad», ha defendido el portavoz de Junts per Tarragona, Dídac Nadal.
Puig ha respondido que están en conversaciones con la compañía holandesa «para reconvertir lo que podría ser un problema, en una oportunidad». «TenBrinkepuede ofrecer servicios, valor añadido en términos de sostenibilidad y hacer una cierta apuesta hotelera», ha indicado Puig, que ha agradecido el talante dialogante de la empresa. Una de las propuestas que gustan al equipo de gobierno es que el espacio sea un polo de atracción «de gente de todo el Camp de Tarragona», aprovechando la buena ubicación y comunicación de la zona.
Desde la CUP, la consejera Eva Miguel ha reprochado que el ejecutivo municipal no haya concretado qué coste tendría para las arcas municipales parar todo el proyecto del PP-10. Una cancelación a la que ERC, en campaña electoral, había defendido. Puig ha afirmado que serían «millones», si bien no ha concretado más porque la cantidad dependería del número de recursos que presentaran los propietarios de los terrenos a urbanizar. «No era nuestro plan, pero no rehuimos a asumir toda la responsabilidad. Es una herencia que no nos gusta, pero nos toca gobernar la herencia; nos guste, o no», ha aseverado.
Por la CUP, el nuevo barrio no cohesionará la ciudad. «Si queremos hablar de cohesión, pacificamos los puentes delFrancolí, y convertimos la N-340 y la T-11 en vías urbanas», ha propuesto. Su opinión es contraria a la de Ciutadans y el PSC. La portavoz socialista, Sandra Ramos, ha valorado que el proyecto «religa barrios» y «cohesiona los barrios de Ponent entre sí», y no solo los de Ponent con el centro de la ciudad.