Los coches deportivos con sello tarraconense

Para muchas personas la marca SIATA está atada a una gama de furgonetas pensadas para el transporte de pequeñas mercancías. Pero SIATA fue también la marca de una gama de coches deportivos de aire italiano que se fabricaron de manera casi artesanal en la ciudad de Tarragona durante la década de los años sesenta del siglo pasado.

«Muy poca gente sabe o recuerda que en Tarragona hubo una fábrica de automóviles, en una aventura industrial que fue bastante importante para la ciudad,» explica Jaume Cabot, autor del libro SIATA ESPAÑOLA, historia de la factoría SIATA de Tarragona (Arola Ed., 2017). En su trabajo, el investigador detalla cómo la firma catalana SIATA Española construyó el año 1958 la factoría en el polígono Entrevías. El 20 de enero de 1960 se hizo el primer martillazo, y con él se inició una producción de vehículos con sello artesanal. «Los SIATA eran coches muy exclusivos, se podría decir que estaban hechos a mano, uno detrás del otro. La carrocería de cada vehículo se construía con chapa de forma manual y posteriormente se ensamblava sobre el chasis de un SEAT 600. Para la creación de los coches, el equipo de carpinteros de SIATA construía un maniquí de madera donde después encajarían todas las piezas de la carrocería. Este maniquí, servía de patrón o molde durante la fabricación artesanal de las piezas de chapa», explica Cabot. El resultado, detalla, eran «coches muy interesantes y exclusivos, con una gracia y un estilo muy italianos».

Según escribe Cabot, el apertura de la factoría SIATA en Tarragona supuso un pequeño descalabro en la ciudad, que no estaba técnicamente preparada para sacar adelante este proyecto. Es por eso, explica, que los propietarios hicieron venir especialistas italianos, así como personas calificadas de factorías de Barcelona, para formar a los trabajadores de aquí: «En los años sesenta, era una aspiración y todo un privilegio para los niños jovencitos poder trabajar en un sitio como aquel. Y de allí salieron muy buenos planchistas».

EN SIATA Tarragona se acabaron fabricando cuatro modelos: el Ampurias 750, el Turisa spyder 750, el Tarraco 750 y 850 y el coupé Barcino 1700. Entre los cuatro no llegaron al millar de vehículos producidos, porque por la manera tan artesana con qué se construian, y como sólo eran accesibles para personas con un alto nivel adquisitivo, el negocio dejó de ser rentable muy pronto. Hasta el punto que el año 1963 la dirección de la empresa decidió apostar por las furgonetas.

El mismo Jaume Cabot cuenta con una colección de cinco vehículos producidos en la antigua planta de SIATA en Tarragona, los cinco en buen estado y orden de marcha. Entre ellos hay un Ampurias, un Turisa, el primer prototipo de camioneta y una de las primeras camionetas que se fabricaron. Su propietario asegura que no hay ninguno que destaque por encima de los otros, porque «todos tienen alguna cosa especial, como estaban hechos a mano, detrás de cada uno hay una pequeña historia».