Importantes destrozos en las playas del litoral tarraconense después del temporal

La borrasca Glòria ha destrozado una embarcación en el Port Esportiu de Tarragona y ha hundido un velero, por la mañana las olas del mar seguían pasando por encima del rompeolas y llegando hasta el interior del puerto, y en la playa de los Capellans no había ni un gramo de arena de playa. El temporal ha causado importantes daños en el litoral del término municipal. Una mancha de color marronáceo, de cerca de doscientos metros de ancho, es la prueba de la gran cantidad de arena que el mar ha arrastrado.

La Autoridad Portuaria ha informado esta mañana que la tormenta marítima ha hundido dos embarcaciones y ha afectado negativamente al rompeolas, cerrado por precaución y por el hecho de que las olas que chocan con el espigón llegan a una altura de varios metros. Este sector del puerto, por donde habitualmente pasea a la gente y se practican actividades deportivas, está llena de piedras, a parte de restos de mobiliario urbano como farolas que han sufrido los efectos de Glòria. Una de las embarcaciones hundidas está partida y diferentes piezas. La mayor se encuentra por la mañana al dique exterior de contención del Club Nàutic –zona de la piscina–, otros trozos repartidos por la zona. Fuentes de la Autoridad Portuaria han manifestado que «el rompeolas ha aguantado y los daños son por efectos del mar en elementos de superficie como vallas, barandillas y tapas de la red de alcantarillado que se desplazaron».

El temporal afecta gravemente las playas, que están sufriendo una importante pérdida de arena, como sucede cuando hay llevantada, aunque en esta ocasión las incidencias son mayores e incluso espectaculares, como sucede en la playa de los Capellans, donde hoy miércoles toda la zona de arena estaba cubierta por agua de mar, una imagen difícil de ver y que muestra la contundencia de la borrasca.

El aspecto de la Savinosa también es dantesca. Elementos como una ducha han perdido la arena a su alrededor, mientras que junto a la zona urbanizada la playa estaba llena de algas. El agua ha llegado hasta el chiringuito existente y olas de grandes dimensiones no dejaban de romperse de manera alarmante al chocar con las rocas, con el perfil de los edificios del antiguo preventori como testigos.

Playas como la de la Mora y la Llarga no se han zafado de la virulencia del mar. En la primera, el mar ha llegado hasta el paseo y, en la segunda, el agua se ha quedado a pocos metros del Yate, de casas de una urbanización y de los campings.