Propuesta para hacer al Jaime I un museo del campesinado y del carruaje histórico

El Gremio de Campesinos propone al Ayuntamiento de Tarragona que el fracasado parking Jaume I pueda albergar, en el futuro, un museo dedicado a los mundos del campesinado a la ciudad y del carruaje histórico de diferentes épocas. La instalación se encontraría a pocos metros de distancia de la sede del gremio y a la plaza de la Pagesia. La petición ya ha sido trasladada al gobierno municipal. El pasado mes de diciembre, miembros del gremio y el tarraconense Jordi Rovira, propietario de una de las colecciones privadas de carruajes más importantes del Estado, con cerca de unas ochenta de unidades, mostró el contenido de la misma a la concejala y presidenta del Patronato Municipal de Turismo Laura Castel. La visita supuso todo un descubrimiento para Castel, quien dijo que el Ayuntamiento «estudiará» esta iniciativa.

Después de conocer el contenido de la colección y recibir información de primera mano de Rovira, Castel, quien no tenía constancia de la existencia de la colección de carruajes, manifestó que «es muy bonita». Ante la posibilidad de que pueda ser mostrada en el espacio donde tenía que ir el parking Jaume I, la concejala comentó que «se tiene que plantear bien». «El gobierno municipal todavía no ha sido informado», matizó. No obstante, Castel apuntó que «tenemos que trabajar la propuesta».

Por su parte, desde el Gremio de Campesinos se anunció que socios de la veterana entidad, pertenecientes a familias de campesinos que trabajaron la tierra en el Horta Grande y otras zonas del término municipal cuando la agricultura era una de las principales actividades económicas de la ciudad, están dispuestos a ceder utensilios antiguos del campo si la propuesta sale adelante.

El presidente del Gremio de Campesinos, Raül Font, manifestó en esta redacción que la entidad «mantiene una estrecha vinculación con Jordi Rovira, quien|quién todos los años y, desde el primero después de recuperar los Tres Vuelcos, nos cede algún carruaje y, en muchas ocasiones, presenta de restaurados». El año pasado Rovira, de Cal Joanet, presentó un carruaje francés que estaba destrozado y restauró y, encima, puso la última barca construía en Torredembarra. El último carruaje que Rovira ha recuperado es el que traía agua potable a las monjas encargadas del preventori de la Savinosa.

Fuente comentó que, durante la visita, «explicamos a la concejala Castel que la colección, que se encuentra en almacenes, porla cual no luce, y que se podría exponer junto con herramientas a que expliquen cómo era el mundo del campesinado en Tarragona antiguamente». «Pensamos que Jaume I, que se encuentra a pocos metros de distancia de la sede del gremio, se podría musealizar y dedicarlo en el ámbito del campesinado y de los carruajes que utilizaron a los campesinos y, en general, la sociedad de otro tiempo, ya que la colección de Rovira está formada por vehículos de varios usos sociales y de sectores económicos, como los de los arrieros que trabajaron en el puerto de la ciudad». Font apuntó que el museo, si finalmente se concretara la propuesta en un hecho real, «se podría dividir por sectores». «El gremio podría colaborar», indicó, quién también dijo que «hay socios dispuestos a ceder material».

El futuro del espacio que se diseñó para albergar un aparcamiento de vehículos inteligente todavía está pendiente de los tribunales. Por otra parte, el interior se tendría que modificar para poder disponer de más plantas donde distribuir el material vinculado al campesinado y los carruajes.