Peluqueros solidarios cortan el pelo a gente sin techo en Sant Joan

Peluqueros Sin Fronteras y Càritas Interparroquial de Tarragona volvieron a ofrecer sus servicios a 12 personas sin techo o con dificultades económicas el pasado lunes, en la Parroquia de Sant Joan, y les cortó el pelo y rasuraron la barba, según cada caso. Esta iniciativa solidaria y gratuita se inició en noviembre del 2018 y, desde entonces, se han beneficiado cerca de 120 personas, informó ayer en esta redacción a la directora de Càritas Interparroquial, Carmen Crevantes.

Todos los últimos lunes de cada mes se lleva a cabo esta acción dirigida a personas necesitadas. Margarita, Carmen y Manoli son algunas de las profesionales que dedican una parte de su tiempo a mejorar la estética de gente con recursos escasos. Proceden de diferentes puntos del territorio, como el centro de la ciudad de Tarragona y Sant Pere i Sant Pau, y poblaciones alejadas como Cambrils o Vallmoll.

Cervantes comentó que Peluqueros Sin Fronteras «nos dijeron que querían llevar a cabo esta iniciativa, pero que no sabían dónde hacerla». Los integrantes del grupo se pusieron en contactos con Càritas Interparroquial y «llegamos a un acuerdo». En el caso del pasado lunes, «fue una voluntaria quien trajo los elementos necesarios para cortar el pelo», remarcó.

Cervantes explicó que «el requisito que pedimos» a las personas que se quieren beneficiar de esta propuesta «es que tienen que venir con el pelo limpio». Esta «también es una manera de estimularlas». A a los usuarios «les sube la autoestima cuando se ven reflejados en el espejo una vez la peluquera ha finalizado su trabajo».

Para la sesión del pasado lunes se apuntaron veinticinco personas, pero sólo asistieron la mitad. Cervantes comentó que es un hecho lo bastante habitual, «ya que algunas piensan que se trata de una peluquería que está siempre abierta, cuando el servicio se hace de las 16 a las 18 horas, sólo el último lunes de cada mes.»

El 95% de las personas que acuden al servicio que ofrece Peluqueros Sin Fronteras son hombres, dijo Cervantes, una cifra que «coincidiría con la de personas que viven en la calle, que son más hombres que mujeres.» En el caso de esta semana, la transformación que sufrió un joven checo fue especialmente espectacular. «Vino con rastas y salió sin ellas», explicó Cervantes, quién dijo que «nos comentó que se sentía atractivo». «El joven nos dijo que se encontraba en un proceso de cambio personal y que estaba muy satisfecho con resultado final», después de pasar por las manos de una de las tres peluqueras que, en esta ocasión, participaron en la sesión.

La directora de Càritas Interparroquial apuntó, por otra parte, que la gente sin techo «nos comenta que ellos, cuando están en la calle, miran a todo el mundo, pero que a ellos no los mira nadie». «Aquí les transformamos su estética y se sienten bien», remarcó.

Cervantes indicó que personas que acuden al servicio gratuito que presta Peluqueros Sin Fronteras «buscan trabajo y, para hacerlo, la imagen es muy importante». A menudo, nos lo comentan, añadió, para insistir en decir que, sólo con acciones como esta que hacen profesionales de la peluquería, «ya les aumenta la autoestima».